Cúper felicitó a sus hombres por el partido realizado ayer en
Riazor, una cita manejada desde el principio y cuyo valor se
multiplicó por el empate del Levante-Valencia: «Ha sido una gran
victoria y felicito a los jugadores por su comportamiento. Lo
extraordinario de esta situación es que dependemos de nosotros
mismos. Pero todavía nos queda la última final».
El de Chabas también se acordó del medio millar de camisetas
rojillas que cubrían uno de los fondos de Riazor: «A la afición hay
que felicitarla. Su comportamiento en las últimas semanas está
siendo extraordinario y eso el futbolista, sobre todo cuando juega
fuera de casa, lo nota. De un tiempo a esta parte, el equipo y la
afición están en el mismo camino y eso es importantísimo».
Cúper incidió de nuevo en aplazar la euforia y dejar los fastos
hasta después del partido del próximo domingo ante el Betis: «La
euforia hay que dejarla hasta el final. Cada vez está más cerca,
pero no podemos dejar de remar», apuntó. La metamorfosis del
Mallorca ha sido espectacular. Hace sólo seis jornadas, el grupo
balear estaba hundido en las cavernas de la Liga a ¡11 puntos! del
Levante. Un mes y medio después, llega al epílogo del torneo un
cuerpo por delante del equipo valenciano. «Ha sido un vuelco
increíble y estamos todos muy felices. Ojalá logremos al final el
objetivo. ¿El motivo de ese vuelco? Mejor esperemos hasta el
próximo domingo», dijo.
El Mallorca jugó en Riazor mirando de reojo el Levante-Valencia.
El destino del grupo balear estuvo en el aire hasta el último
instante, hasta que Palop metió una mano prodigiosa en el descuento
y evitó el triunfo local: «Yo iba sabiendo el resultado del
Levante-Valencia. Al menos cada diez minutos iba preguntando qué
pasaba. Pero lo más importante era nuestro partido, ganar nosotros.
Después, si además nos ayudaban los otros marcadores, mejor».
El partidazo realizado por Yoshito Okubo, que marcó un gol y dio
los otros dos, también mereció el apunte de Cúper: «Sólo sé que
Okubo ha jugado cuando yo lo he creído oportuno. No puedo decir más
ni entrar en valoraciones en estos momentos».
La tendencia alcista puede conducir a la relajación, en pensar
que el objetivo ya está conseguido. Cúper busca motivos debajo de
las piedras para evitar esa euforia: «No puede haber relajación.
Sería de locos relajarse ahora. Debemos bajar la ansiedad, pero
mantener la intensidad».
El entrenador argentino también analizó el sufrimiento de este
campeonato: «Estoy viviendo algo extraordinario. Un camino muy
duro. Pero vamos a esperar hasta el último momento. Debemos creer
en lo que uno es capaz de hacer y tratar de hacerlo». A propósito
de los recados lanzados durante las últimas semanas por el
presidente del Levante, Pedro Villarroel, el técnico argentino
apostó por el silencio: «No le tengo que enviar ningún mensaje
porque no lo conozco».
Javier Irureta, por su parte, reconoció que el encuentro estuvo
marcado por la despedida de Mauro Silva y Fran de la afición,
aunque matizó que le dolió la goleada encajada por su equipo ante
el Mallorca.
«Estoy dolido y triste por el resultado, porque nunca me gusta
perder, pero he celebrado el fin de dos grandísimos jugadores»,
comentó.
«El resultado parecía relativo y la afición venía en plan de
fiesta», recalcó el técnico vasco, para quien la derrota del Dépor
se produjo por dos errores defensivos en los dos primeros tantos
del Mallorca.
«Se nos puso pronto el partido cuesta arriba en dos jugadas de
absoluta desconcentración y a partir de ahí jugamos a remolque y no
hemos sido capaces de hacer gol», indicó.
El máximo responsable de la parcela técnica del Deportivo
lamentó que con esta derrota se complicaron las posibilidades de
entrar en Europa vía Copa Intertoto.
«Podíamos haber avanzado dos posiciones. Sí hay interés por la
Intertoto pero en algunos equipos el miedo al descenso es muy
grande», concluyó Irureta, que pudo haber dirigido su último
partido con el Dépor en Riazor.
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