España es aún el vigente campeón de la Copa Davis, aunque sabe
que dentro de poco traspasará la preciada ensaladera a otra
selección. Y ahora, tras su derrota hace meses ante Eslovaquia, se
juega su permanencia en la máxima categoría ante una Italia que,
por su parte, se juega el ascenso, y en un país donde el combinado
español nunca ganó al equipo local. Pero, al contrario que en sus
cinco visitas anteriores, saldadas con la eliminación, el equipo
español llega como claro favorito.
Son varios los factores que justifican esta condición: un Rafael
Nadal número 2 del mundo e imparable este año sobre la tierra
batida; un Juan Carlos Ferrero que vuelve al equipo y que está en
franco progreso para ser nuevamente uno de los mejores del circuito
mundial; la baja por «motivos disciplinarios» (petición económica)
del número uno italiano, Filippo Volandri; y la disputa sobre una
superficie, la tierra batida, que beneficia a España.
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