La segunda etapa del Son Amar Palma ha tenido cada año algún
condicionante que ha llenado de ilusión el proyecto. El primero
porque era la novedad, el regreso de Damià Seguí al voleibol;
porque se configuró un equipo de ensueño en el que estaban Falasca
y compañía. El segundo porque se acariciaban los títulos; porque la
nómina de jugadores se completó con otras figuras como Antiga o
Ruette. En la pretemporada de este tercer año apenas se ha hablado
del equipo y probablemente éste sea el aspecto más positivo.
A dos días para que el campeonato levante el telón, el Son Amar
presenta, sin ningún tipo de extentricidades, el grupo deportivo
más interesante de las tres últimas temporadas. Una plantilla
compensada y un cuerpo técnico cualificado. Con estos argumentos
aspiran a ganar la Superliga, la Copa del Rey y la Top Teams Cup.
El Son Amar Palma 2005-06 tiene una nueva filosofía. El nuevo
técnico, Marcelo Méndez, que llegó mediada la temporada anterior
como segundo entrenador de Bogoevski, se ha rodeado de un equipo de
su confianza -Juan Manuel Cichello es el segundo entrenador y Jean
Sengés, el preparador físico- y pretende mantener la línea de
trabajo que implantó el curso pasado y que permitió a los baleares
alzarse con la Copa del Rey y jugar las finales de la Copa CEV y de
la Superliga.
Su objetivo tivo no puede ser más ambicioso: ganarlo todo. El
Son Amar Palma no ha podido retener más tiempo a Luis Díaz, uno de
los jugadores con mayor proyección del voleibol mundial, y también
han causado baja Pochop, Cabrera y Gatin. En su lugar han llegado
cuatro nombres nuevos: los centrales Porporatto y Titarenko, el
opuesto Casilla y el receptor-atacante Freitas. Los cambios van a
desembocar en un grupo más fuerte en ataque, especialmente por el
centro, que intentará mantener el nivel mostrado en los últimos
años en bloqueo y defensa.
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