Rosa Puig y Vicenç Grande presentaron ayer la campaña de ALAS, el Govern y el Mallorca contra el sida.

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«Sería un fracaso». Así de sencillo. Así de cruel. El presidente del Mallorca, Vicenç Grande, calificó de esta forma una hipotética eliminación del Mallorca mañana ante el Alcoyano en la Copa del Rey. El máximo accionista admitió la «obligación» que tienen sus jugadores de seguir en el bombo después del partido de Alcoy. «Jugamos ante un equipo de Segunda B y no ganar sería un fracaso, aunque todos los equipos de Primera División han caído en estas eliminatorias», apuntó Grande durante la presentación de la campaña Que no et fiquin un gocelebrada ayer en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio.

Y es que la cita de mañana es delicada. Campo pequeño, público encima y un rival encorajinado. Al 200%. En definitiva, un partido con olor a trampa. La victoria no sería festejada con cava en la Isla. La eliminación, en cambio, podría abrir la primera vía de agua en la institución cuando aún no se ha alcanzado el ecuador de la primera vuelta. Es de esas noches en las que uno apuesta mucho más de lo que puede obtener.

Para evitar que la herida de la Liga se agrande en el torneo del K.O., el presidente del Mallorca apuesta por mantener las luces de emergencia encendidas, poner en alerta al vestuario. Y eso que hasta la pasada temporada, el grupo balear presumía de ser el único equipo de la máxima categoría que había superado todas las eliminatorias a partido único, un registro que se quebró en Lanzarote, después de haber apeado al Rayo Vallecano en su primera eliminatoria.