Cuando el Drac Inca parecía haberse recuperado de la lesión de
Rogelio Legasa, y con ello su juego interior empezaba a adquirir de
nuevo forma con el fichaje de Óscar Rodríguez, la entidad de es
Raiguer sufría un nuevo revés inesperado. Y es que el pívot
almeriense Isma Torres ha abanadonado la disciplina de la entidad
por voluntad propia y pese a tener contrato en vigor. El compromiso
de Torres con la entidad expiraba el pasado día 15, y en caso de no
notificar su marcha o disconformidad a la hora de seguir, el
jugador y el club lo renovaban automáticamente hasta final de
temporada, tal y como notificó la entidad el pasado viernes.
Así fue, e incluso el Drac aceptó la mejora de su salario, dado
que Isma poseía ofertas de gran calado. Ecinco jugó el pasado
domingo «por respeto al club, su afición y mis compañeros», pero
ayer ni tan sólo se presentó a los entrenamientos, algo que
encendió la luz de alarma en el Palau. El director deportivo del
Inca, Willy Villar recuerda que «el contrato está en nuestro poder
y no puede comprometerse con nadie si no le damos la baja y a la
vez la Federación su consentimiento».
De la misma manera, sentenció que «no contamos con él para nada
y tendremos que tomar medidas, algo que consultaremos con nuestros
abogados», dijo. De hecho, el jugador apuntó hacia Villar como «el
culpable de mi marcha. Me ha faltado al respeto y no son maneras».
Lo que se tiene claro desde el Drac Inca es que se le quiere dar
«carpetazo lo antes posible» a este tema. «Es un asunto de carácter
disciplinario y tenemos las cosas muy claras. La razón nos asiste»,
añade Villar.
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