-Ha dicho que en las últimas carreras ha dado un poco de «pena».
¿Tan mal le están yendo las cosas en este final de curso?
-Ten en cuenta que desde China estaba siempre en primera línea,
y hubo una época en la que siempre estaba delante en los
entrenamientos. Ahora, con más experiencia, llevo tres carreras que
me cuesta mucho, no hago primero y no voy cómdo encima de la
moto.
-Pese a todo, el balance de la temporada es para ser
optimistas...
-Me falta una victoria, pero ya me conocéis, soy inconformista y
exigente conmigo mismo y con el equipo. Desde China he tenido
opciones para ganar y no lo he logrado. En 125, la primera
oportunidad que tuve, la aproveché, pero en 250, pudiendo ser el
piloto más joven que logra una victoria, no ha llegado el momento.
Ahora tengo ante mí una última ocasión y no lo veo claro. Pero
pueden pasar muchas cosas... No podemos renunciar a nada, pero a
día de hoy no tengo motivos para pensarlo.
-Ha sido un año que le ha deparado de todo. Desde la «pole» y el
primer podio en Mugello, hasta la caída en Montmeló o una injusta
sanción.
-En Italia me encontré muy bien, y sin apenas rodaje en la
cilindrada. Ahora, me debo conformar con estar en primera línea y
no va conmigo. Esta temporada me puedo permitir el lujo de cometer
errores, aunque el próximo será otra historia. Debo ser más regular
y, por encima de todo, ganar carreras. Es lo que marca las
diferencias.
-¿Cree que se le ha metido desmasiada presión respecto a Pedrosa
y eso puede haberle influido?
-Para nada. La presión no me afecta. Yo confío en mí mismo y sé
que algún día seré campeón. Si haces buenos tiempos, es muy fácil
hablar y decir según qué cosas. De la misma forma que si no te sale
bien la carrera. Entonces, también no resulta complicado que se te
echen encima.
-Le pudimos ver felicitando a Dani cuando ganó el Mundial. ¿Han
cambiado las relaciones entre ambos? ¿Ha sido el entorno el que ha
alimentado este «pique»?
-No lo creo. Simplemente, cuando él hacía la «pole» o ganaba una
carrera, yo le felicitaba. Cuando era yo quien lo conseguía,
Pedrosa no lo hacía. Por eso he preferido no felicitarle nunca más.
Ha sido poco caballero y yo no tengo por qué serlo...
-¿Piensa que puede plantarle batalla a Valentino Rossi?
-No lo sé. Ni me preocupa ni voy a pararme un segundo a
pensarlo.
-El que da un salto de calidad de cara a 2006 es usted.
-Es un cambio para mejorar. En teoría estaré más preparado.
Tendré una moto que vuela, corre mucho. Además, seré el piloto
número uno de la fábrica. Es decir, que si pido una modificación,
me la harán. Antes, si lo hacías bien, te escuchaban. Si no, todo
lo contrario.
-Entonces, la temporada que viene ya
toca...
-Voy a ir a por todas, que nadie lo dude. Saldré a ganar todas las
carreras, desde Jerez hasta Valencia. Después, ya veremos qué pasa.
Mi actitud va a ser positiva y voy a por la victoria, que nadie lo
dude.
-¿Qué le dan a 250 que es la cilindrada más emocionante de
todas?
-Parece mentira, porque hace tres temporadas, era una categoría
aburridísima y ahora es, junto con 125, la más divertida. Y lo es
por la actitud de los corredores. Somos jóvenes, tenemos talento y
llegamos con hambre de triunfos y la intención de hacer disfrutar a
los aficionados, que son una parte importante de este
espectáculo.
-Supongo que la confianza que en usted ha depositado Dani
Amatriaín le permite mirar al futuro con tranquilidad.
-Es mi mánager y el director del equipo. Siempre ha tenido fe en
mí y debo agradecérselo. La sigue y la seguirá teniendo si no
cambian mucho, tal vez demasiado, las cosas. Me siento muy arropado
por este equipo y eso para mí es fundamental a la hora de conseguir
resultados. Han llegado, pero esa victoria se me resiste
demasiado.
-¿Quiénes piensa que pueden ser sus rivales de cara al 2006?
-Va a haber muchos cambios y aquí ya hemos empezado a verlos y
vivirlos. El principal, que Dani Pedrosa se marcha a MotoGP. Es el
campeón de los dos últimos años y eso se notará. Pero no será el
único. Stoner también se mueve -tiene una oferta firme de Yamaha- y
a última hora alguno más de unirá a la lista. En teoría está más
fácil la cosa, pero siempre en teoría. El Campeonato del Mundo
siempre tiene un nivel altísimo y hasta que no eche a rodar no
podemos hacer pronósticos. Será complicado, pero forma parte de la
competición. Lo que parece seguro es que seguirá siendo una
cilindrada interesante.
-Vacaciones, de momento pocas, pero supongo que va a exprimirlas
al máximo.
-La semana que viene tenemos trabajo pendiente, pero las
aprovecharé al máximo. Ha sido un año largo y eso te pasa factura.
Pero cuando te gusta tu trabajo, lo notas menos. Si puedo, pasaré
un tiempo en Mallorca, pero la pretemporada va a ser muy larga y no
vamos a bajar la guardia en los próximos meses.
-¿Cómo lleva el asunto de las cuatro
ruedas?
-Cuando acabe esta carrera, me pondré de nuevo en serio con el
carnet de conducir. Tengo la teórica y faltan 3 meses para que me
caduque.
-Usted y Rafael Nadal son a día de hoy los máximos exponentes
del deporte balear. Supongo que un motivo de orgullo...
-Lo que ha hecho él es una pasada. Los mitos se forjan por lo
que ganas. Y lo suyo es increíble. Ha logrado resultados
excepcionales y yo todavía nada. Nadal es el mejor del mundo y yo
estaré entre los diez mejores. Me queda mucho para lograr lo que él
ha conseguido, y le felicito, porque tiene gancho.
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