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A Volodimir Titarenko le va a costar olvidar esta temporada. Su visado es un problema constante. Se perdió la pretemporada y el primer partido de campeonato porque las autoridades ucranianas no tramitaban los papeles necesarios para que pudiera jugar en España. Pero el último episodio es todavía más esperpéntico. En el desplazamiento del equipo de la pasada semana a Eslovenia, la policia le impidió la entrada en el país y le hizo permanecer toda la noche en el calabozo. El central fue escoltado como si se tratara de un delincuente hasta el avión y la policia francesa fue a recogerlo a su llegada a París para trasladarlo hasta la terminal del aeropuerto. El equipo ganó, pero a Titarenko le va a costar olvidar ese viaje. Los papeles de Volodimir Titarenko están gafados. Desde que el Son Amar Palma se hiciera con su fichaje e iniciara los trámites para que se desplazara a la Isla todo fueron problemas. Su llegada se demoró tanto que Marcelo Méndez tuvo que afrontar el primer partido frente al Elche con un equipo cogido con pinzas y con Esteban Alzamora como fijo en la zona centro.

El capítulo más duro de la historia de Titarenko se vivió la semana pasada. El equipo mallorquín se desplazó el lunes a Eslovenia para afrontar el partido de la Copa Top Teams ante el Autocommerce de Bled. La expidición viajó con normalidad, incluído Titarenko, al que el club no le tramitó el visado ya que les habían informado de que con la tarjeta de residente era suficiente. Al llegar al aeropuerto esloveno la Policia impidió la entrada al país de Titarenko. Le exigían el visado y los intentos de los responsables del Son Amar Palma y de los directivos del Autocommerce de Bled no consiguieron convencer a las autoridades eslovenas para permitirle la entrada a Titarenko.

La expedición partió hacia el hotel y Ricardo Ramos, presidente del club, se quedó con el jugador en el aeropuerto hasta las doce de la noche, intentando solucionar el problema. Antes de reunirse con el resto del grupo, la Policia le garantizó a Ramos que Titarenko recibiría un buen trato y que contaría con una habitación con televisión para pasar la noche antes de coger el avión de vuelta a Mallorca. La realidad fue diferente. La Policia hizo que Titarenko pasara la noche desnudo -sólo le dejaron quedarse con los calzoncillos- y en el calabozo. El jugador ucraniano siguió sintiéndose un delicuente durante gran parte del viaje de vuelta. La Policia le escoltó hasta el avión y el central ha relatado ya en la Isla que el resto de los pasajeros le miraban con mala cara. Al llegar a París -el viaje de vuelta contaba con una escala en la capital francesa-, la policia gala fue a recogerlo al avión y lo trasladó hasta la terminal.