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58 días después de su última aparición sobre el escenario de la Liga, el Mallorca vuelve a la carga. El conjunto que dirige Gregorio Manzano se situará hoy sobre el kilómetro cero de la temporada y empezará a elevar los cimientos de su nuevo edificio. Un grupo formado por 22 futbolistas que seguramente irá variando con el paso de la semanas irrumpirá a primera hora de la mañana en la ciudad deportiva de Son Bibiloni y poco después se pondrá a las órdenes del jienense para afinar su punto de mira e iniciar un proceso de puesta a punto que culminará el próximo 27 de agosto, la fecha elegida para el arranque oficial del campeonato.

Este año, a diferencia de los anteriores, el equipo conserva el esqueleto del curso pasado y mantendrá una política continuista, dos rasgos fundamentales para escapar de la espiral negativa de los últimos tiempos. Manzano se encontrará hoy con una formación muy similar a la que gestionó desde que llegara a Ciutat el pasado 14 de febrero como futuro salvavidas del plantel. Cierto es que el Mallorca se ha desprendido de una porción importante de su último vestuario, pero también que no ha perdido a ninguno de sus pilares y eso, salvo excepciones, suele garantizar una parte importante del éxito.

Cortés, Campano, Okubo, Borja, Farinós, Maciel, Yordi, Tuzzio, Potenza y Braulio pusieron fin a su aventura como rojillos tras una campaña angustiosa y el club se ha propuesto nivelar ese peso trayendo a tres futbolistas de primera fila como Maxi (Barcelona), Varela (Betis) y Jordi López (Sevilla) que pondrán su experiencia en los grandes torneos al servicio de la escuadra. A ellos hay que unir también los nombres de Delibasic, Ramis, Peralta y Carmona, que vuelven a Son Moix con distintas perspectivas tras completar sus cesiones de forma muy diferente.