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Miquel Alzamora El Real Mallorca ha recuperado la senda del gol, tiene recursos y sobre todo tiene a dos hombres clave en el engranaje de Gregorio Manzano, Ariel Ibagaza y Dani Güiza.

El argentino sigue siendo el futbolista que mueve los hilos en la zona de creación y ha encontrado un socio perfecto a su juego y a su manera de ver el fútbol, Güiza.

El ex jugador del Getafe ofreció un recital de lo que puede dar de sí esta temporada en el partido que el domingo jugó el Mallorca ante el Groningen. Un primer gol soberbio a pase del “Caño" y un segundo igual de perfecto aprovechando una asistencia genial de Víctor.

Dani sabe moverse muy bien en la línea del fuera de juego, tiene capacidad para romper la estrategia rival y además dispone ahora de un canalizador de juego perfecto como es Ibagaza. Los dos jugadores tienen una visión de juego especial y el Mallorca, con el esfuerzo económico por renovar al argentino y por fichar al andaluz, se ha asegurado una ofensiva de gran calidad y que esta temporada está dispuesta a marcar diferencias en todos los campos. Ibagaza es un jugador genial, prácticamente único en su posición en la Liga española y totalmente involucrado en el club, en su entorno y en el equipo.

Atesora ya una experiencia muy importante desde que en la temporada 94/95 iniciara su singladura profesional en el Atlético Lanús. Desde esa temporada y hasta ahora, Ariel ha perfeccionado su juego al máximo y es el futbolista que cualquier delantero quisiera tener en su equipo. Además marca goles, aunque este no es su fuerte ni su principal función. Sin embargo, la temporada que más goles consiguió fue la 2000/2001 con el Real Mallorca llegando a anotar nuevo tantos.

Su fútbol es perfecto para un delantero de perfil medio alto en Primera División, pero en el caso de Dani Güiza, la sociedad roza prácticamente la perfección. Aunque todavía queda trabajo por delante para hacer, el delantero proveniente del Getafe es un «matador» en las inmediaciones del área, pero además una de sus virtudes es la de conseguir las máximas prestaciones jugando entre las defensas que arriesgan en exceso jugando al fuera de juego.