Juan Arango lamenta una ocasión durante un partido.

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Arango se ha metido en un lío. El futbolista venezolano optó ayer por morder la mano que le da de comer para celebrar sus dos primeros goles de la temporada. A pesar de que ya habían transcurrido doce horas, el sudamericano no olvidaba los silbidos que le tributó, a él y a todo el equipo, la afición en la primera parte del encuentro celebrado el pasado miércoles ante el Valladolid, cuando el equipo se marchó a los vestuarios con un hiriente 0-2 en el marcador.

Sin medir las consecuencias de sus palabras, mostró su lado más vehemente y cargó con dureza contra la afición, los mismos abonados que le pagan una de las tres fichas más altas de la plantilla, y contra la prensa, a la que critica su forma de valorar sus actuaciones: «La gente a veces no entiende las cosas. A los cinco minutos ya nos estaban pitando, en vez de apoyarnos nos estaban silbando, y después, cuando íbamos 4-2, la afición gritaba 'olés'. Uno trata siempre de hacer las cosas bien, pero a veces no salen», apuntó el jugador.

Preguntado por si la afición está a favor o en contra, indicó: «No sé, la verdad es que no sé si están en contra o a favor, pero nosotros tratamos de hacer las cosas lo mejor posible. En lugar de aplaudirte, te silban y uno se siente mal, se desmotiva». Los silbidos de la hinchada escocieron a Arango y, según él, al resto de la plantilla.

Por ese motivo en el descanso recurrieron al «orgullo y al amor propio» porque «estábamos prácticamente solos contra todos», soltó el jugador venezolano, que también cargó contra los medios de comunicación a la hora de valorar sus actuaciones. Según el maracayero, los periodistas puntúan según los goles. Craso error. En el partido ante el Valladolid, por ejemplo, Jonás Gutiérrez fue el mejor sin discusión para toda la prensa y no marcó ni un gol...