TW
0
Tolo Jaume La cuarta y última etapa de la Challenge Vuelta a Mallorca Másters superó las expectativas y deparó un final vibrante en el Puig de Santa Magdalenta, donde Wladimir Gottfried hizo buenos los pronósticos apuntándose su quinta victorial final entre los más veteranos y donde Jaime Morales resistió los ataques del mallorquín Miquel Joan Adrover para alzarse con el triunfo en la general absoluta de ciclos, M-30 y M-40. No obstante, primero José Luis Blanco y después Félix Valcárcel fueron los protagonistas del último episodio de una ronda que baja el telón de una Semana Internacional de Ciclismo Másters que ha coronado al alemán Gottfried y Alex Torkachenko.

La lucha por la general entre los ciclos, M-30 y M-40 centró todo el interés de la última etapa. Los dos segundos que separaban a Jaime Morales y Miquel Joan Adrover depararon una jornada de alto voltaje con un ritmo muy alto. Con 109'4 kilómetros por delante el pelotón no dio momentos de tregua y voló (35'5 km/h) por el recorrido que discurrió en dos ocasiones por las localidades de Inca, Llubí, Santa Margalida, Can Picafort, Muro y Sa Pobla para culminar en la cima del Puig de Santa Magdalena (2ª).

Los compañeros del líder impidieron que se fraguara fuga alguna. Los ciclistas de la ONCE protegieron a Jaime Morales y llevaron al pelotón en fila india pese a los intentos de escapada que no llegaron a cuajar. Los intentos de escapada nunca superaron los treinta segundos a pesar de que el viento endurecio la carrera. Los repechos del recorrido se hacían muy cuesta arriba para los que llegaron más justos de fuerza a una etapa final que centró la atención de los aficionados.

Las primeras rampas del Puig de Santa Magdalena hicieron una criba definitiva que dejó en cabeza a los llamados a pelear por la victoria final. Félix Valcárcel expuso sus argumentos sobre el asfalto demostrando su condición de líder de la montaña y Miquel Joan Adrover sabía que podía ser su mejor aliado. El mallorquín lo intentó de todas las maneras e incluso contó con el fuerte ritmo de Valcárcel, pero Morales, que ya había acreditado su buen hacer en el plano, resistió a rueda y dejó constancia de su capacidad para explotar su rendimiento cuando la carretera se empinó.