TW
0
Fernando Fernández El drama del Bàsquet Inca retorna al Palau d'Esports, llamado a convertirse en un búnker para, al menos, salir provisionalmente de las posiciones de descenso. Tocado en su línea de flotación tras acariciar la victoria en La Palma, el cinco de es Raiguer ya no puede permitirse más licencias. Y menos ante una hinchada que frente al Lleida ya exteriorizó su descontento con el rendimiento del equipo y el cuerpo técnico, y que no ha visto ganar a sus jugadores desde el estreno de la competición regular (21 de septiembre). Tres meses de sequía en el Palau están llamados a tocar a su fin, pero esta noche (21 horas) llega un rival que se ha propuesto esta temporada recuperar los galones cedidos en los últimos tiempos. El Tenerife de Rafa Sanz acumula un balance paralelo al del Inca. Los canarios apenas han ganado uno (al Melilla, 79-73, la pasada semana) de sus últimos cinco encuentros, frustrando un arranque vertiginoso, con una derrota en las seis primeras jornadas. Cinco son también los tropiezos que acumula en su hoja de servicios la escuadra gualdinegra, que poco a poco recupera efectivos. Joan Riera volverá encontrarse con su afición y Rocchia entra en la recta final de su recuperación, siendo la única baja de un Inca al que sólo le vale la victoria. El resto sería agravar sus problemas.

Y es que, con dos victorias en once jornadas, el segundo peor arranque del Inca en su currículo LEB podría verse magnificado en caso de no doblegar al Tenerife. La brecha entre Los Barrios (5-6) y el frugón de cola se ha convertido en todo un hándicap y sólo valen las victoria. Cada partido se ha convertido en una final y sumar es la única posibilidad, más cuando el calendario anticipa auténticos retos de entidad ante Bruesa y CAI Zaragoza.