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Efe |PHOENIX
A medida que se va asimilando la segunda sorpresa consecutiva de traspasos dentro de la NBA, sus protagonistas, en este caso el pívot Shaquille O'Neal, fue presentado oficialmente como nuevo jugador de los Suns de Phoenix, a los que ha prometido «cambio», liderazgo y un título de liga.

«Tengo muy claro lo que quiero con mi llegada a Phoenix y no es otra cosa que sacar al equipo de la inercia de no conseguir un título de liga y ser campeones», destacó O'Neal, con un entusiasmo y alegría que hacía mucho tiempo no se le notaba en sus contactos con los periodistas.

O'Neal dejó muy claro que su filosofía ha sido siempre la de llegar a un equipo, no para que lo ayuden, sino todo lo contrario, para dar el apoyo que necesiten los compañeros que les haga ser mejores.

«Quiero que todos mejoren», destacó O'Neal en su primera rueda de prensa oficial con los Suns. «Deseo formar parte de un buen equipo y es lo que he logrado». O'Neal, de 35 años, el próximo mes cumple 36, aseguró que cuando lo viesen jugar con los Suns la sorpresa iba a ser muy grande para todos, pero especialmente para aquellos que han cuestionado o criticado su traspaso.

«Se van a sorprender mucho, inclusive, con mi participación en el juego de saque rápido del equipo, porque en el baloncesto tradicional, siempre hay alguien que impulsa el ataque y ése soy yo», explicó O'Neal.

El veterano pívot, que estuvo sonriente en su primer contacto con los aficionados de los Suns el pasado miércoles, ya había hecho muestras de lo que quería conseguir con su llegada a Phoenix al mostrarle los dedos de la mano en los que se ha colocado los cuatro títulos que tiene de campeón de liga.