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Un centenar de aficionados "tal vez 130 hinchas realizando un ejercicio de generosidad", se dieron cita en la terminal de llegadas del aeropuerto de Son Sant Joan para ver de cerca a los futbolistas del equipo blanco. Sin embargo, el ambiente no fue, ni de lejos, el de otras ocasiones. Bien por la hora, o porque los seguidores habituales saben que pillar un autógrafo o una foto es casi misión imposible y temerosos sobre todo de un 'regate' por parte del club que hiciera inútil la espera, muchos prefirieron quedarse en casa y no dar la bienvenida al conjunto del Santiago Bernabéu.

Al final, poco más de cien personas se congregaron en las inmediaciones del autocar del Madrid para probar suerte. Algunos lo consiguieron. Babptista, Casillas, Robinho, Diarra y el propio Bernd Schuster fueron los protagonistas que se pararon a firmar autógrafos a los seguidores, controlados por un cordón policial que intentó en todo momento guardar el orden. Los hinchas pudieron acercarse a los futbolistas, aunque éstos siempre pusieron un ritmo alto para poder alcanzar el autocar con rapidez. Entre carrera y carrera los más afortunados consiguieron la firma de su estrella favorita a la que no sorprenden ya este tipo de recibimientos. No obstante, en otras ciudades de España los hinchas se agrupan en mayor número que no ayer en Sont Joan. Lejos quedan las llegadas de los primeros años en los que el conjunto blanco retornó a Primera División cuando la terminal prácticamente quedaba 'colapsada' por cientos de seguidores. Ayer, ya en el hotel de concentración del conjunto bermellón, algunos seguidores pudieron entrar al hall para asistir a una firma organizada de dos futbolistas, pero tampoco todos pudieron estar. Por una parte hay cierta lógica en los movimientos del Madrid, pero por otra medidas de este tipo terminan por dejar semivacíos los aeropuertos. Uno de los futbolistas más vitoreados por los aficionados fue de nuevo Raúl González Blanco, que salió casi de los últimos, pegado a su teléfono móvil e intentando pasar lo más desapercibido posible, circunstancia que es difícil debido a que el futbolista madrileño es siempre foco de todas las miradas.

Pese al escaso número de seguidores blancos que se congregaron en el aeropuerto, la venta de entradas más económicas va por buen camino. Hace unos días se agotaban las localidades para presenciar el encuentro desde los fondos, ahora son las de la tribuna de sol baja las que ya se han agotado, pero todavía ayer quedaban disponibles para las demás zonas del estadio.

El ONO Estadi presentará una buena entrada de público, pese a que el partido finalmente será ofrecido en abierto hasta por tres televisiones. La igualdad de juego y resultados entre ambos equipos, así como el interés que despierta la Liga en esta recta final del campeonato motiva el creciente interés por este partido. Cerca de 400 periodistas acreditados estarán en Son Moix para 'vender' el partido prácticamente a todos los rincones del mundo. El encuentro de la máxima ya ha empezado a jugarse desde hace tiempo en Palma.