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Óscar Montenegro|SAN SEBASTIÀN
El Palma cayó derrotado sin paliativos por 77-59 en su desplazamiento a la Plaza de Toros de Illumbe de San Sebastián donde se enfrentó al segundo clasificado de la liga LEB Oro, el Bruesa. La derrota era previsible, sin embargo los foráneos regalaron una contienda que se puso franca tras remontar en el tercer cuarto.

El comienzo del partido fue muy igualado con alternativas en el electrónico y ventajas que no pasaban de una canasta hasta el empate a 11 mediado el primer cuarto. A partir de ese momento, los donostiarras despegaron de manera espectacular gracias, sobre todo, al gran porcentaje de acierto en el tiro exterior, sobre todo, de tres (7 aciertos de 8 intentos en los primeros 10 minutos). Doce solicitó su primer tiempo en el minuto 6 con 17-11, pero no le sirvió de mucho puesto que los locales llegaron al final del cuarto con una ventaja de once puntos (30-19).

En el segundo período, el técnico local, Pablo Laso, se dedicó a dar descanso a los hombres que más minutos habían sumado. A pesar de las rotaciones, los mallorquines no fueron capaces de reducir las diferencias y se limitaron a mantenerse sin más. Los visitantes tenían grandes problemas para cerrar el rebote defensivo y, con este nuevo lastre, era muy complicado darle la vuelta al marcador. Al descanso, 46-32.

En la reanudación, los isleños salieron decididos a hacer correr a su rival. En tan solo 2:30 redujo la diferencia a seis puntos (48-42), lo que obligó a los de San Sebastián a pedir tiempo muerto al ver que el trabajo de la primera parte se venía abajo en tan poco espacio de tiempo. Laso volvió a confiar en los jugadores que tan buen resultado les había dado en el primer cuarto, y eso se dejó notar, ya que con la misma facilidad que los de Palma se habían acercado en el luminoso, el Bruesa GBC se volvía a marchar doce puntos arriba.

Con 65-51 llegó el último parcial. Tras el mal arranque del encuentro, el resultado no era malo pero la sensación sí, ya que con un poco más de esfuerzo, la renta podía haber sido inferior después de la gran remontada al comienzo de la segunda mitad. Con Rejón desafortunado, Del Tío sin conseguir la manija y Terrell desmotivado la victoria se apreciaba muy lejana.

El compromiso se convirtió en un correcalles de escasa calidad. El balón iba de una canasta a otra sin tocar la red y este hecho, únicamente, favorecía a los anfitriones. Los visitantes podían haber hecho algo más, pero su actitud indicaba todo lo contrario. Los últimos minutos fueron el típico rosario de faltas que los vascos aprovecharon para acabar aumentando su casillero hasta el 77-59 definitivo, y que conduce a un Palma que mucho tendrá que cambiar su dinámica si no quiere alargar su sufrimiento.