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El Palma tiene cuarenta minutos para acabar con el papeleo de la permanencia. El quinteto que patronea Eloy Doce recibe esta noche en su base de operaciones a un Burgos que circula a gran velocidad por esta última parte del campeonato y que apurará en la Isla sus opciones de meter la cabeza en los puestos de playoff. Con una victoria, los baleares se agarrarían otra temporada a la segunda planta del baloncesto nacional. Sin embargo, una nueva caída obligaría a mirar a otros pabellones y a encender la calculadora (Palma Arena, Televisió de Mallorca, 21:00 horas).

El conjunto celeste llega al encuentro marcado por la irregularidad de sus actuaciones. Últimamente es incapaz de enganchar dos victorias consecutivas y aunque hace dos semanas apalabró la salvación con un sorprendente triunfo ante el CAI, fracasó durante su posterior incursión en Huelva y el principal objetivo del curso continúa aparcado en la carpeta de asuntos pendientes. En cualquier caso, de hoy no pasa. O lo arregla definitivamente o cae al pozo. Todo o nada.

El paisaje de la parte baja de la clasificación está más o menos claro y la mayoría de combinaciones posibles favorecen a los insulares. El triunfo equivale a la permanencia y la derrota podría desembocar en una serie de situaciones muy diferentes. Mantendría la categoría si pierden también Cantabria, La Palma o el Aguas de Valencia de Gandía, lo que quiere decir que el Bàsquet Inca podría echarle una mano enorme a su gran rival. En el caso de un triple empate a doce victorias, el Palma estaría totalmente a salvo. Por el contrario, la tortilla se invertiría con un triunfo de valencianos, cántabros y canarios o con una cuádruple igualada entre los dos conjuntos mallorquines, La Palma y Cantabria.

En principio, Doce tiene a su servicio a todos los efectivos de la plantilla. El preparador asturiano no ha sufrido el acoso de las bajas durante la semana definitiva y podrá lanzarse al vacío con lo mejor de su artillería. Sin embargo, el calendario le ha jugado una mala pasada y le ha reservado un partido de órdago para despedir el ejercicio. El Burgos, que en la segunda vuelta del torneo ha pasado por el quirófano para cambiar por completo su imagen, va a rebañar en la cancha del Arena sus posibilidades de acceder a las eliminatorias de ascenso y eso siempre acarrea peligro. Además, los números más frescos de la escuadra que dirige Andreu Casadevall anuncian una dura batalla. Ha sumado diez victorias desde que cruzó el ecuador del torneo (sólo CAI, Breogán y Bruesa le superan en ese apartado) y el grupo camina más unido que nunca. Llegó ayer a la Isla con el plantel de gala y aunque hay jugadores como Esmorís o San Martín que han entrenado a un ritmo inferior, se espera que todos participen sin problemas en el desarrollo de la velada.

Doce asegura que su equipo se ha recuperado ya del varapalo sufrido hace una semana en Huelva y apuesta por ir a por el partido sin fijarse en lo que ocurra en otros puntos. «Tenemos que pensar sólo en nosotros y buscar el triunfo desde el principio porque no podemos esperar favores de nuestros rivales. A la afición le diría que se acerque a apoyarnos. La permanencia es un lujo», apunta.