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F. Fernández La brillante carrera deportiva de Miquel Alzamora Riera (Artà, 1974) parece llegar a su punto final. La ausencia de motivaciones profesionales, las lesiones y la falta de apoyos firmes parecen haber agotado la ilusión del pistard mallorquín. El campeón del mundo (1997, junto a Joan Llaneras) y diploma olímpico en Atenas, ambos logros en americana, lleva cuatro años sin competir en un gran evento internacional (desde los Juegos de Atenas de 2004) y su ausencia en el equipo español en los Mundiales, incluído el de Palma 2007, se ha convertido en una triste rutina. «No tengo ilusión por seguir. Hace cuatro años que no estoy en un Mundial o unos Juegos Olímpicos y, aunque sigo entrenando y compitiendo, ya no es lo mismo», explica un Alzamora que esta temporada brilló en los Campeonatos de España de pista, celebrados en el Palma Arena, pero que pese a la lesión de última hora de Carles Torrent -pareja de Llaneras en Madison-, ha visto cómo tampoco tenía un hueco en el equipo olímpico en vistas a Pekín. La delicada situación de su patrocinador personal, Drac, reiterando su confianza y apoyo a Vicenç Grande, y el hecho de no contar con beca de la Federación Española (recibe una ayuda del Govern) anticipan un porvenir complicado. «De cara a 2009, sin beca de la RFEC y puede que sin el patrocinio de Drac, será muy difícil seguir», explica Alzamora, quien medita colgar la bicicleta una vez que se agoten sus escasas opciones olímpicas, sin descartar adelantar una decisión difícil para el bravo ciclista. «De momento, no veo una salida y parece que ha llegado el momento. También tengo una edad...», bromeó el actual responsable del Club Ciclista Artanenc y promotor de una escuela que ha logrado reunir a cerca de medio centenar de jóvenes.

Con 34 años y una dilatada trayectoria en sus piernas, Alzamora tal vez da sus últimas pedaladas, afronta el esprint definitivo.