Y es que el combinado nacional quiere seguir la racha después de su gran triunfo ante Hungría en semifinales. En una remontada épica, el equipo dirigido por Vicenç Tarrés batió a la 'todopoderosa' Hungría por un ajustado 8-7 con un gol de Ona Messeguer a los 35 segundos del final del encuentro. Un triunfo que aseguró la medalla de plata, primera presea de la historia del waterpolo femenino español y que mañana tratarán de convertir en oro ante Rusia. Enfrente, su rival de hoy, Rusia, no dará facilidades en la lucha por el trono continental. En una semifinal extraña, con poquísima resolución en los dos primeros cuartos, Rusia fue el más listo en el frenético tramo final de un partido resuelto por un claro 8-5 a su favor ante Italia. La mallorquina Blanca Gil quiso agradecer estas últimas horas el apoyo del público, cuyo aliento desde la grada fue clave para poder remontar ante Hungría y certificar la clasificación para la final. «Hemos luchado hasta el final», dijo la jugadora más destacada del combinado nacional. «Durante el partido pasamos momentos muy malos, pero lo dimos todo y en los momentos difíciles, con el 4 a 7 el público nos arropó y nos dio los ánimos que necesitábamos para poder remontar», explicó. Ahora España no saldrá a la piscina malagueña con nada que temer, pues ya se impuso a la todavía vigente campeona de Europa en el primer encuentro de la fase de grupos. En aquel encuentro, primero triunfo en su historia sobre Rusia, las de Tarrés culminaron un partido perfecto en ataque imponiéndose 10-9 a su rival de mañana ante la que espera volver a dar la campanada.
La consecución de este hecho histórico para el waterpolo español, sirve además para recuperar la moral después de que el equipo no lograra la clasificación para Pekín. «Esto es un sueño y nos sirve para quitarnos la espina de no haber podido clasificarnos para los Juegos Olímpicos», dijo la jugadora mallorquina.
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