Los jugadores del Can Ventura Palma celebran en el aeropuerto su vuelta a la Isla. | Pilar Pellicer

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La gesta del Can Ventura Palma acapara los elogios del voleibol y el deporte balear y nacional. La progresión meteórica de la última aventura del incombustible Damià Seguí ha recogido sus frutos en forma de un gran título. Consumado el largo camino y los ascensos hasta la Superliga, la Copa del Rey lograda en Leganés ante el Teruel (3-2) supone un estímulo añadido para un equipo que derrocha talento, calidad y ambición como para dar el paso al frente que le resta para destronar de nuevo a Unicaja Almería, en esta ocasión en el playoff por el título, al que llegarán como claros aspirantes al cetro tras barrera de la pista a los andaluces en las semifinales del torneo copero, a lo que se añade el épico triunfo liguero en Germans Escalas, levantando un 0-2 en contra.

Los de Marcos Dreyer celebraron a lo grande su conquista antes de retomar la competición doméstica. Y, cosas del destino, el próximo sábado el calendario brindará al Teruel una revancha liguera en su pista y ante los campeones de Copa.

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A la espera de los merecidos reconocimientos institucionales, el Can Ventura Palma ya cambia el chip y se pone el ‘modo Superliga', recibiendo una buena dosis de moral tras su logro.

Ya entrada la madrugada del lunes, la plantilla y el cuerpo técnico llegaban a la isla portando la Copa del Rey. En Son Sant Joan, familiares, amigos y seguidores recibían a los campeones, que viajaron acompañados en el mismo vuelo por el Palma Air Europa y el Palma Futsal, quienes felicitaron a los protagonistas del fin de semana por su gesta.

La Copa del Rey permite al Can Ventura Palma solidificar un proyecto que tiene la meta de reinar a nivel nacional, con la puerta de Europa abierta, pero por encima de todo, con el sello ganador de Damià Seguí. El hombre que ha ayudado a escribir el grueso de las páginas más gloriosas del voleibol balear.