«El proyecto de balonamo es el que me ha traído aquí», explica Uríos, que buscaba «un cambio de aires» y con su desembarco en Palma procedente de Ciudad Real también podrá estar cerca de su hija, que lleva varios años en la Isla. «Me gustaría aportar mi experiencia y conocimientos al equipo y al mismo tiempo aprender de los jugadores», explica destacando que sus primeros pasos con el grupo será «adaptarme a ellos y que ellos también lo hagan a mi método de entrenamiento».
Uríos llegó a tierras mallorquinas el pasado viernes y ha tomado contacto con el organigrama del club, el equipo y con las instalaciones. En sus primeras impresiones comienza a dar forma a un diagnóstico en el que detecta la falta de espacio en las instalaciones y de horas como los principales problemas.
Sin perder de vista que el Handbol Marratxí es un conjunto amateur, el exjugador del Ciudad Real, el Veszprém húngaro o el Ivry francés aspira a dar un paso al frente. «Ya sabemos las limitaciones que hay y estamos tratando de ver la posibilidad de entrenar tres o cuatro veces por semana en lugar de las dos sesiones actuales y, sobre todo, trabajar más el físico», analiza.
«El equipo tiene balonmano, pero la tendencia actual es hacia un juego más físico y tenemos que trabajarlo», explica tras visitar junto a su sombra estos primeros días, su jugador Samuel Salvador, el gimnasio Pure Fitness con el que tiene convenio el club que preside Jesús Alguacil.
Rolando Uríos ha podido comprobar la trayectoria al alza que está experimentando el balonmao en la Isla y en el Marratxí en particular, que cuenta con representación en todas las categorías inferiores y en apenas un año y medio de relanzar su proyecto dispone de más de un centenar de licencias. «Hay base y muchos niños, pero no hay instalaciones para desarrollar las horas de entrenamiento», insiste el exinternacional en referencia al escaso margen de maniobra del que dispone el club en el pabellón Blanquerna.
El sueño del Handbol Marratxí es el salto al tercer escalón del balonmano nacional. «Primero tenemos que centrarnos en ganar la liga», comenta el flamante entrenador del Handol Marratxí Benymar Yacht Paint, que domina con autoridad la máxima competición balear concluida la primera fase de la competición.
Otra de las dificultades que puede encontrarse el Marratxí en su sueño de dar el salto es el brusco cambio de nivel que representa medirse a equipos de otras comunidades de la península con más tradición y potencial. «Nos gustaría subir por méritos propios», enfatiza Uríos. Y es que las dificultades económicas que vive el balonmano abrirían la posibilidad de conseguir el ascenso en los despachos, pero la prioridad del club es hacer las cosas bien hechas.
La llegada de un técnico con la hoja de servicios de Uríos es el camino que traza la entidad, que quiere elevar el nivel de sus preparadores y potenciar la sección femenina. De ahí que el que fuera campeón del mundo, además del primer equipo, se implicará en la parcela formativa de un club que puede presumir de fichaje galáctico.
5 comentarios
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¿Jurásico? El artículo dice que ha fichado como entrenador, no como jugador (que me imagino que también podría jugar en estas categorías).
Más que galáctico, jurásico.
A ver si sube un poco el nivel de este deporte tan espectacular.
Lo subimos a primer nivel,luego fichamos a jugadores profesionales de la península ,pedimos polideportivos nuevos,luego que las administraciones den dinero y cuando este en la elite se llevan el equipo a Palma ,como paso con el Voley Portol..Mal lo veo.
Balomano...balomao...balomnabo....terminara el redactor de escribirlo bien?