José Antonio Ortega, el sábado en el Parc de la Mar tras recoger su dorsal con el que participará el domingo en la Maratón de Palma. | Francisco Ubilla

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José Antonio Ortega, de 30 años, es un cordobés al que le diagnosticaron ELA en 2018. En su caso se trata de una enfermedad hereditaria, que le dejó sin padre cuando tenía sólo 4 años y que sufren tres de sus cinco hermanos. Tras el confinamiento y con un peso de apenas 50 kilos, algo sintió que le llevó a empezar a correr y a cuidar su alimentación. José Antonio será cordobés, pero su tozudez es más propia de un baturro y se entrenaba hasta la extenuación para recuperar masa muscular. Si a estas disciplinas le sumamos la bicicleta nos encontramos con que José Antonio se atrevió a realizar triatlones, incluido uno en Sevilla de distancia olímpica. Sin embargo, el avance de la enfermedad le afectó a las manos y tuvo que dejar esta disciplina al no tener la fuerza suficiente para sujertarse en la bicicleta. Lejos de desanimarse, siguió corriendo y se adentró en el mundo de las maratones. Hoy participará en Palma en su tercera prueba este año tras las de Sevilla y Madrid. «No estaba previsto, pero en las anteriores coincidimos con Sara Mingolla, quien me animó a venir aquí», explica José Antonio.

Sus participaciones tienen una base reivindicativa que no es otra que la de lograr una ley para los enfermos que sufren esta patología. «Lo que pido en líneas generales es que se agilicen los trámites y las pruebas para que a una persona se le diagnostique ELA lo antes posible y pueda acceder a los tratamientos y a los cuidados que se necesitan porque si no el enfermo se tiene que gastar una gran cantidad de dinero en fisios, masajistas, medicación...antes de que la Seguridad Social se haga cargo de ello».

José Antonio, que ha llegado a completar los 42 kilómetros en menos de cinco horas, agradece mucho el apoyo del público mientras corre. «Me da mucha fuerza, pero la motivación más grande es saber que en la línea de meta están mi mujer Lorena y mi hija Alma, que tiene 5 años». Y cuando vuelva a casa retomará su preparación de triatlones porque ya tiene un triciclo que le permite pedalear con los brazos descansados.

El apunte

Relación con Unzúe

El exfutbolista y exentrenador Juan Carlos Unzúe es una de las caras más conocidas entre las personas que sufren esta enfermedad. «Con él tengo un contacto habitual y nos contamos nuestras vidas y cómo estamos. Su labor está más encaminada a buscar fondos para la investigación y yo voy más en busca de una ley donde se nos reconozca, pero ambas labores son complementarias», dice Ortega.