El ciclista mallorquín del equipo Movistar Enric Mas durante la contrarreloj individual de la última etapa de la 79 Vuelta a España, con un recorrido de 24,6 kilómetros, con salida y llegada en Madrid. | JAVIER LIZÓN

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Visiblemente agotado por el esfuerzo de una crono final que admite que no se adaptaba a sus características, pero poniendo en valor el volver al podio de La Vuelta dos años después y como tercer clasificado en su cuarta presencia, Enric Mas aseguraba pese a todo que «la verdad es que nos hemos tenido que conformar con un tercer puesto», asegurando con firmeza que la crono final de Madrid «ha sido mi peor día de esta Vuelta, estoy reventado. No he encontrado las sensaciones ni la fuerza, pero nada, dije que veníamos a por la victoria y al final estoy en el podio, que ya van cuatro y hay que estar contentos», explicaba minutos después de concluir su participación.

Haciendo balance, admite el ciclista de Artà, jefe de filas del Movistar Team, que «las sensaciones de cada día han sido brutales, salvo hoy, que no he podido sacar las diferencias que queríamos, pero nos espera un bonito final de temporada, aunque esperaba un poco más», apuntando a las clásicas italianas y el Mundial de Zúrich. «Han sido veintiún días de gran desgaste, creo que ha sido la 'grande' más dura del año y la pena es que no pude remontar esos segundos a O'Connor, pero quiero ahora disfrutar este momento», aseguraba el mallorquín.

Pese a tener opciones de volver a ser segundo, no fue posible recuperar la renta que poseía el australiano Ben O'Connor, segundo tras Roglic y por delante de Enric. «Es una pena que se haya escapado, pero hay que aceptarlo. Hay que sacar la parte positiva y van cuatro podios. Salí bien del Tour, llegué bien a La Vuelta y he fallado aquí en dos días que han sido claves, pero ahora vamos a disfrutar del podio y del final de temporada», proseguía Mas.

Ahora, Enric espera «ir al Mundial, que el seleccionador cuente conmigo y llevemos un buen grupo como el año que ganó Valverde porque creo que el recorrido me gusta y se adapta buen a mis características. Es una carrera dura, con cuatro mil y pico metros de desnivel, 270 kilómetros más o menos y creo que podemos hacer algo bonito», explicaba el isleño, quien confesaba que donde más ha sufrido en esta Vuelta fue «en Ancares», a la vez que recordó que disfrutó «en Lagos y Sierra Nevada, pese al susto».