Imagen del equipo organizativo del Mallorca Palma Futsal para la Final Four de una Champions que superó todas las expectativas en la pista y cumplió con nota fuera de ella. | Teresa Ayuga

TW
0

La temporada 2022-23 ha pasado a ser la mejor de la historia del Palma Futsal. El primer puesto en la liga regular o la clasificación para todas las fases finales de los torneos en los que competía elevan la nota de un curso que alcanza el sobresaliente gracias al éxito en la Champions. Los hombres de Vadillo se ganaron el derecho a acaparar la atención del planeta fútbol sala, pero su conquista también tuvo actores de reparto y secundarios que convirtieron la Final Four de la máxima competición continental en un lujo para la Isla.

Detrás de los cuatro partidos y los tres días en los que se decidió el título que estrenaría el palmarés del Palma Futsal por todo lo alto hubo muchas semanas de trabajo previo y multitud de horas durante la celebración de un evento que cumplió con los altos índices de exigencia de la UEFA. La demora en la elección de la sede definitiva también complicó la carrera contrarreloj en la que se convirtió para el club organizar un torneo de a dimensión de la Final Four de la Champions y que los aficionados disfrutaran de la experiencia.

Pese a jugar en casa, el escenario era relativamente nuevo para el Palma Futsal, cuyo responsable de Marketing, Juan Massanet, se encargó de que el Velòdrom Illes Balears vistiera sus mejores galas. Más allá del trabajo con los patrocinadores y los compromisos publicitarios, propició el mejor envoltorio para una competición en la que María Mayans tuvo que implicarse a fondo. No en vano la coordinadora de proyectos de la Fundació Palma Futsal-Miquel Jaume ejerció de enlace entre la UEFA y todos los departamentos implicados en la organización del evento.

La Final Four se desarrolló sin incidentes bajo la experta supervisión de Toni Riera como responsable de seguridad y también presentó todas las facilidades y comodidades para los espectadores de la mano de Martín López, que fue el responsable de la zona fan y de la venta de entradas. De todo lo que sucedía tanto dentro como fuera de la pista se encargó de dar la mejor difusión posible el periodista Pedro Fullana, que siempre estuvo pendiente de las necesidades de los medios acreditados al mismo tiempo que realizaba toda la labor de promoción.

De la comodidad tanto de los jugadores y de los clubes como de los espectadores en la sede y fuera de ella se encargaron Mercè Rosselló y Mireia Caldentey, atentas a cualquier necesidad de los equipos y de los representantes institucionales durante una Final Four que también requería una extensa red de voluntarios, de cuya organización se encargó Tatiana Ferrer.