Son Moix tocó fondo el pasado fin de semana, curiosamente, durante la función más agradable que se recuerda tras la caída a los infiernos. El frío, la lluvia y la televisión en directo eran coartadas tan válidas como recurrentes. Igual que la situación de un conjunto que desde que dejó de coquetear con la nobleza del fútbol español ha establecido su techo en la séptima plaza y no ha dormido una sola noche bajo la lona de la zona de playoff. Sin embargo, los dígitos generales revelan una herida mucho más profunda. Una sangría imparable que solo se ha amortiguado de manera puntual en los 35 partidos de plata que ha protagonizado el Mallorca en su hogar hasta el momento. Los 4.444 espectadores que según el propio club había en el auditorio ante Osasuna así lo recuerdan.
En esa dirección, a Claassen y su equipo de trabajo de la entidad se les acumula el trabajo. La temporada pasada, con el trauma del descenso todavía fresco y el cuerpo amoratado, el club consiguió reunir a unos diez mil socios en torno a su hoguera y casi doscientas mil personas (194.003) desfilaron por el estadio a lo largo de toda la campaña para arrojar un promedio de 9.285 por encuentro. Unos datos maquillados gracias al último y decisivo partido frente a Las Palmas en el que Nsue y Hemed acercaron la permanencia. Ese día había más de 15.000 espectadores en el campo. Quince días antes, contra el Jaén, apenas se superaron los 5.000.
Actualmente la SAD cuenta con 7.991 abonados, pero la presencia media en el estadio está muy debajo de esa línea. Los catorce partidos que ha jugado el equipo en suelo balear han concentrado a poco más de 85.091 seguidores. O lo que es lo mismo, unos 6.000 asistentes de media. Unos números que sitúan a la masa social del club en el ecuador de la categoría. Por debajo de equipos como Alavés (9.395), Racing (8.213) o Albacete (7.223) y no muy por encima de las de Leganés (5.060) o Recreativo (5.400).
Los gestores del Mallorca esperan que la estabilidad institucional y una posible rehabilitación deportiva taponen el desagüe y devuelvan el calor a las gradas. Mientras tanto, las puertas de salida estadio seguirán abiertas.
15 comentarios
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tranquilos, la temporada habrá unos 10 mil alemanes de media, classen dixit
yo soy socia del Mallorca desde hace tiempo pero vivo en otra ciudad y no puedo ir averlo lo que hay que hacer es ir animar a tu equipo pero es normal que valla poca jente con el mal juego que habido
Un mallorquinista de veres quan es seu equip juga com a local (per molt que plogui, faci vent o el donguin per obert) va a s'estadi. I a n'es final se veurà qui és mallorquinista de cor.
yo mientras queden 3 de los 4 gamberros no renuevo y punto. nos han engañado a todos, solo se ha ido uno.
Per jo es un orgull anar cada dues setmanes a vore a nes meu equip que duc dins es meu cor, em dona igual si plou i cau sa que va caure amb s´Osasuna, jo vaig ser un des 4.444 valents que va anar i es va banyar i va disfrutar de possibliment un des millors partits des que va de temporada a Son Moix. Cada segon que estic a Son Moix i estic mirant es meu Mallorca es bells se me posen de punta per que jo ho donc tot per es meus colors única i exclusivament. Es Mallorca per jo es lo més important juntament amb sa meva familia. Encara se pot i entrarem dins plays offs!!! i pujarem!! FORÇA MALLORCA!!
Ponen tanta estadística (frío, tv, etc) en el articulo que deprime, pero no veo que aporte ninguna solución alternativa la directiva.
Y que tengo que hacer, dejar tirado a mi equipo para venir a ver al Mallorca? O no ir a carnavales? O gastarme 10€ de gasolina para venir aqui y verlos perder por que los señoritos no quieren correr?
la verdad para ver lo que hay que ver y los precios, mejor estar en casa y que cosnte que si fui aficionado del Mallorca, pero a un aficionado que le han tomado el pelo y se han cachondeado de el, si cambia el panorama interno quiza vuelvan a meter gente en el campo.
Entonces tu no eres un aficionado del rcdmallorca.
Yo paso del Mallorca y del katofen y del profeta de las ondas. Todo lo que mueve el Mallorca es una pandilla de flipaos que no tienen ni idea de fútbol y que ganan de chiripa los partidos. Al profeta de las ondas habría que ponerle de castigo verlos todos en directo. A ver si reventaba del asco. O invitarlo a huevos, paellas y fideuas, a los que acostumbra. Eso sí, comidos en casa ajena, siempre invitado, claro.