Varios futbolistas del Real Mallorca, durante el entrenamiento del equipo celebrado este lunes en el estadio de Son Moix. | RCD Mallorca

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En pleno desenlace de la Liga 123 el Real Mallorca reaparece para empezar a jugar su playoff particular. Con el tercer puesto como único techo posible pero con la promoción bien encauzada, el conjunto balear quiere blindar este martes su acceso al segundo ciclo de la competición ahorrándose los nervios y las prisas de la última jornada. Unos trámites que la escuadra de Vicente Moreno resolvería ganando esta noche. El problema es que enfrente tendrá a un Granada que también viaja a Palma con la idea de acabar los deberes, ya que con una victoria subiría matemáticamente a Primera División (Son Moix, Movistar Partidazo, 21.00 horas).

El encuentro se iba a disputar el pasado domingo, pero fue aplazado por el trágico fallecimiento del futbolista del Extremadura José Antonio Reyes al formar parte de una jornada de horarios unificados. Un hecho que seguramente reducirá la presencia de espectadores en las gradas para una cita en la que el Mallorca confiaba reunir a 15.000 espectadores.

Lo que no ha variado con el cambio de fecha es la importancia que va a tener el partido para los dos equipos y para el desarrollo de la trama del ascenso. Tanto el Mallorca como el Granada desperdiciaron el primer match-ball del que disponían la jornada anterior para despachar sus respectivos objetivos -los baleares perdieron en el descuento y de penalti contra el Deportivo y los andaluces empataron en casa contra el Cádiz- y no quieren que el asunto se siga dilatando. En el caso de enlazar otro desliz los dos seguirían estando en una situación favorable y llegarían al último capítulo del sábado dependiendo de sí mismos, pero cargarían con un extra de presión en una jornada que acostumbra a ser volcánica.

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En las filas del Mallorca lo que más preocupa es el estado de Aridai Cabrera, al que unos problemas musculares habían mantenido entre interrogantes durante los últimos días. El canario, en cualquier caso, sí se ejercitó durante la última sesión de preparación del equipo que Vicente Moreno dirigió este lunes por la tarde en el mismo escenario del choque. Si no estuviera en óptimas condiciones para jugar, el técnico seguiría teniendo alternativas sobre la mesa. Como la del argentino Leo Suárez o la de Stoichkov. Otra posibilidad sería reordenar el centro del campo y llenar el hueco que dejaría el canario con la entrada de otro atacante, como Abdón o Álex López.

El Mallorca afronta la visita del Granada todavía dolido por la cruel derrota de Riazor. Una caída que arañó el orgullo de un grupo que espera mantener cerrada su fortaleza con otro golpe de autoridad. En sus diez últimas actuaciones como local —a las que hay que sumar la victoria sin jugar del partido contra el Reus— solo ha patinado una vez: el empate frente al Elche (1-1) de principios de marzo. El resto de las funciones las ha saldado guardándose los tres puntos en el bolsillo.

El Granada tiene el cava en frío y el confeti preparado. La escuadra nazarí, que también zanjaría el ascenso si el Albacete no le gana al Málaga en el Carlos Belmonte, no podrá contar por lesión con el central José Antonio Martínez, un futbolista clave en los planes de su entrenador, Diego Martínez. El relevo natural del defensa debería ser Bernardo Cruz, que acaba de dejar atrás una sobrecarga muscular. Otro posible acompañante de Germán Sánchez podría ser Víctor Díaz, lo que desplazaría a Quini de la banda izquierda a la derecha y forzaría la titularidad en el lateral zurdo de Alex Martínez.