Javier Aguirre, a la derecha, junto a su segundo, Toni Amor, en una imagen captada en el estadio Nuevo Mirandilla de Cádiz. | R.D.

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Javier Aguirre sopla la primera vela de su tarta rojinegra con más luces que sombras proyectadas a su espalda. Arquitecto de la permanencia a finales del curso anterior, el mexicano, que llegó acompañado de Toni Amor y Pol Lorente, ha mantenido al Real Mallorca alejado del fuego toda esta temporada y aunque su equipo celebra el aniversario con la lengua fuera y metido en una brecha de malos resultados, lo hace todavía a una distancia prudencial del barranco.

RESUMEN
Números templados

Los números que está redactando Aguirre como entrenador del Mallorca son puro equilibrio. Si se cuentan las dos competiciones en las que ha intervenido (Liga y Copa) sus 39 partidos se reparten en 16 victorias (13 en Liga y 3 en Copa), 6 empates y 17 derrotas. O lo que es lo mismo: en 35 encuentros del campeonato regular ha sumado 45 puntos (13 y 32) y en el torneo del KO ha superado tres rondas antes de sufrir una eliminación en octavos de final a manos de la Real Sociedad, hace solo unos meses.

LO MEJOR
Una permanencia y media

La mayor conquista de Aguirre en sus primeros doce meses en Son Moix es el volantazo del final del ejercicio anterior, en el que el Mallorca pasó de estar casi condenado al descenso a renovar su inscripción en Primera. Esta temporada el Vasco le ha dado continuidad a la candidatura de la permanencia y el equipo se ha mantenido en todo momento en la franja central de la clasificación. A falta de doce jornadas, le quedan diez puntos para sellar la salvación virtual.

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LO PEOR
Demasiado plomo

Una de las pocas cosas que se le pueden achacar a Aguirre una vez cumplido su primer aniversario tiene que ver con el juego del equipo y con una propuesta que por momentos parece demasiado rocosa. El mexicano quiere que su equipo crezca desde los cimientos de la defensa. Otro punto negro es su reparto de minutos entre la plantilla, sobre todo a partir del pasado mercado de invierno. Aguirre apenas ha tirado de los refuerzos que hizo el club en enero —Morlanes y Augustinsson casi no han participado y Hadzikadunic ni siquiera ha debutado— y ha dejado de contar con hombres como Grenier en el centro del campo y con Abdón o Ángel en ataque. Con él al volante, tampoco se ha estrenado ningún jugador del filial. De hecho, alguno de los jóvenes, como Javi Llabrés, ha tenido que salir cedido.

SU MEJOR PARTIDO
Entre Pamplona y Son Moix

El partido de la última jornada de la temporada pasada, ganando en El Sadar y amarrando la categoría, ya forma parte del álbum de los grandes recuerdos del mallorquinismo. Del curso actual destacan sus victorias en casa de este ejercicio contra el Atlético y el Real Madrid (1-0), sustentadas sobre sendas exhibiciones defensivas. Si hablamos solo de resultados, los triunfos más amplios se daban en los últimos meses contra el Villarreal (4-2) y frente al modestísimo Autol en la Copa (0-6). Una de las mejores actuaciones de su equipo se firmó contra el Espanyol el pasado mes de octubre, aunque curiosamente la victoria se le acabó escurriendo entre los dedos (1-1). Tampoco habría que olvidar otro empate valiosísimo: el 0-0 en el Sánchez Pizjuán del pasado 11 de mayo.

SU PEOR PARTIDO
Pesadilla granadina

El peor encuentro del Mallorca durante la era Aguirre es fácil de señalar. El sábado 7 de mayo de 2022 el conjunto balear recibía en Son Moix al Granada con la idea de acelerar los trámites para mantenerse y acabó apaleado por el conjunto nazarí, que le endosó una de las derrotas más sonrojantes de su vida (2-6). Pese a todo, la plantilla se acabó levantando cuando el descenso ya cobraba forma.