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El Mallorca fue el invitado perfecto a la fiesta del Atlético.  En el 120 aniversario del club colchonero, Javier Aguirre apostó por un once plagado de inactividad y falto de minutos. El entrenador mexicano removió hasta siete piezas en relación a la última cita. Dispone de un once titular notable, pero el Metropolitano es una plaza demasiado grande para los suplentes. No hay plan B. Ni siquiera el gol de Nastasic que abría el melón de la cita alteró un destino que estaba escrito en cuanto el técnico entregó la hoja de alineaciones. Un gol en el descuento del primer acto y otro en el arranque del segundo voltearon el marcador y cavaron la fosa del Mallorca.

Javier Aguirre repitió en las vísperas el estribillo de que todavía «no estamos salvados», pero se contradijo con el once titular. Con Raíllo y Galarreta en la Isla, sentó a su lado a Amath, Kang o Muriqi. Toda una declaración de intenciones ante un Atlético que puso la directa en cuanto encontró un poco de luz. Con el próximo encuentro a cinco días -recibe el lunes al Athletic- tantas rotaciones obedecen más a la tranquilidad que otorga la clasificación que a una necesidad por tema físico.

Cuando quiso reaccionar el Atlético ya había tumbado el campo. Aunque Kang dejó destellos, el grupo de Simeone remató la faena después de un córner a favor del Mallorca para soplar las velas y encender la mecha de la fiesta. El once de Javier Aguirre fue el mejor regalo...