Antonio Raíllo se retira en camilla durante el partido del viernes entre el Real Mallorca y el Villarreal. | Miguel Ángel Borrás

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El tobillo izquierdo de Antonio Raíllo se ha convertido en la gran preocupación del mallorquinismo. El capitán bermellón caía lesionado al final de la primera mitad del partido de este viernes contra el Villarreal y, a la espera de que remita la inflamación en la zona afectada para conocer el grado exacto de la dolencia, las primeras pruebas descartan que sufra una rotura grave. En cualquier caso, los médicos del club tratan de valorar ahora si será necesario que el central cordobés pase por el quirófano. Si es así, el periodo aproximado de baja sería de tres meses.

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Raíllo tuvo que marcharse del campo en camilla después de una mala caída en una disputa con Sorloth, delantero del Villarreal, y tanto las imágenes iniciales como las sensaciones del jugador al llegar al vestuario eran negativas. Así lo indicaban después el propio Javier Aguirre y algunos de los compañeros del central, que deseaban que todo quedara en un susto. Lo más preocupante en este caso es que Raíllo ya tuvo problemas en ese mismo tobillo hace dos temporadas después de lastimarse en un amistoso de pretemporada. Jugó el primer partido de Liga (contra el Betis) pero las molestias se prolongaron y después se perdió seis meses de competición en los que tuvo que ser operado de una lesión en el ligamento interno. El gran problema en aquella ocasión fue localizar la zona exacta de la lesión.

Este problema en el tobillo sorprende a Raíllo justo después de superar unas molestias en un dedo del pie que le lastraron a finales del curso anterior y que le forzaron a perderse parte de la pretemporada. De hecho, fue el único jugador de la plantilla que no acudió al stage del mes pasado en Austria.