Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca. | RCDM

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Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, sabe que su equipo se adentra en una semana crucial. La semana de la permanencia. La de la salvación o el miedo. La escuadra balear, que este lunes visita el campo de un Sevilla que también anda metido en el barro (21.00 horas), viajará el próximo fin de semana a Cádiz (domingo, 28 de abril, 14.00 horas), a la casa del conjunto que marca la puerta hacia el infierno. «Nos estamos jugando nuestro futuro en Primera División», admite sin rodeos el mexicano.

«Tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Nos faltan puntos», explicaba este domingo Javier Aguirre en la sala de prensa de Son Moix. «Y sabemos que dos victorias, o dos derrotas, lo pueden cambiar todo. Los jugadores están metidos y espero mantenerlos con esa intensidad toda la semana, pase lo que pase en Sevilla, para afrontar el partido del Cádiz como lo que es. Falta mucho, pero son rivales directos y de visita. Intentaremos sumar en los dos sitios», asegura.

A Aguirre no le tranquiliza demasiado que el Cádiz no le pueda recortar puntos pase lo que pase en el Pizjuán. «Es cierto que el Cádiz perdió, pero no me gusta depender de nadie. Tengo que hacer mi trabajo, no que te lo hagan los demás. Hay que sumar más puntos para quedar en Primera y por diversas circunstancias todavía no lo hemos hecho», reconoce el entrenador mallorquinista.

En Nervión el Mallorca de Aguirre se enfrenta a dos losas. La primera, su falta de resultados fuera de Son Moix, donde solo ha conseguido una victoria y hace ya muchos meses. Y la segunda, la falta de gol. «En las salidas no hemos tenido claridad ni hemos sido capaces de ser mejor que el rival. El último tercio nos condena, llevamos una producción muy pobre en ataque. Nos ha faltado la definición, el último pase y esto no atañe solo a los delanteros, es a todo el equipo. Y yo soy el máximo responsable de todo eso», explicaba. «Lo hemos probado todo, lo trabajamos, pero nos ha faltado ese balance para estar más organizados en el último tercio, donde llegas al fondo, ocupas el área y ahí eres libre para intentar una gambeta o probar mecanismos ofensivos. Admito que soy pesado con la definición, que es una cuestión de rachas, pero estoy muy contento con mi equipo».

Sobre el Sevilla, que solo suma tres puntos más que el Mallorca, Aguirre solo tiene buenas palabras. «Ha mejorado», destaca. «Los equipos de Quique siempre son muy difíciles de batir. Son equipos muy organizados, muy solidarios. Nosotros somos parecidos, pero debemos tener personalidad».