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La pesadilla se ha acabado. No fue un buen partido ni un duelo vistoso, pero el empate (2-2) ante el Almería en Son Moix fue suficiente para que el Mallorca rubricara la permanencia matemática en Primera División. El empate sin goles del Cádiz ante Las Palmas (0-0) envía a los andaluces a Segunda División.

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La temporada ha sido un suplicio casi eterno, una condena al permanente aburrimiento, con la Copa del Rey como único aliciente. El equipo de Javier Aguirre ha completado una temporada espeluznante en la que ha tenido la inmensa suerte de encontrar tres equipos mucho peores, que son los que la temporada que viene jugarán en Segunda División.

Este domingo el partido estuvo presidido por los nervios, la precipitación, las entregas al rival… El Mallorca jugaba atenazado, intranquilo, mientras que los andaluces, que ya no se jugaban nada, exhibían tranquilidad. Larín materializo la superioridad del Mallorca en gol poco antes de que se cumpliera la primera media hora de juego, pero Sergio Arribas empató antes del descanso. En el segundo tiempo, el Mallorca fue mejor, dominó con claridad y dispuso de las más claras oportunidades. El fútbol es maravilloso y inesperado, puesto que Bruno Langa puso en ventaja al Almería con un durísimo disparo desde fuera del área. Son Moix enmudeció, pero el Mallorca no tardó en cercar la portería andaluza. Darder empató y la permanencia quedaba así casi sellada, aunque el Cádiz, que empataba sin goles ante Las Palmas, no podía marcar. Los últimos minutos fueron un suplicio, pero el Cádiz no marcó y jugará la temporada que viene en Segunda. El Mallorca, ya lo saben, continuará en Primera la temporada que viene. Y lo hará con Jagoba Arrasate en el banquillo. ¡Que sea para bien!