En la pizarra del entrenador de Berriatua podría estar el antídoto a ese veneno que bloquea al Mallorca durante sus incursiones en el cuartel general perico, tanto en Montjuïc como en Cornellà, desde prácticamente principios de siglo. Los bermellones solo han celebrado una victoria en los últimos dieciséis partidos que han jugado contra el Espanyol como forasteros, sin importar la categoría o el torneo que ejerciera como telón de fondo. Y de esa ocasión, la única en la que han salido de allí con los brazos en alto, ha pasado ya mucho tiempo. Fue el 1 de marzo de 2011, con las coordenadas de Michael Laudrup en el navegador y los goles marcados por Pierre Webó y Emilio Nsue (1-2). Desde el estadio ese es un desierto para el Mallorca, que ha sufrido cinco derrotas y solo ha facturado un empate.
A Jagoba siempre le han ido mucho mejor las cosas en el feudo del Espanyol. Para empezar, el conjunto blanquiazul es uno de los rivales preferidos del entrenador vasco, que acumula en su expediente un 60% de triunfos. En diez enfrentamientos, al principio como preparador de la Real Sociedad y después de Osasuna, ha amasado seis victorias, tres empates y una única caída.
La única derrota que ha sufrido Jagoba en Cornellà data de hace exactamente diez años, cuando estaba en el banquillo de la Real y Sergio González dirigía al Espanyol. Las otras cinco visitas que ha realizado al estadio han sido productivas. Ganó una vez como txuri-urdin y dos más como rojillo, además de atrapar sendos empates en 2022 y 2023. Ahora, en su primera exploración como mallorquinista, se le van a amontonar los objetivos. Desde enderezar el rumbo del Mallorca en el recinto a fotocopiar la última gran racha del equipo como foráneo, imposible de replicar desde 2008.
El partido de este sábado entre el Espanyol y el Mallorca (14.00 horas) será dirigido por árbitro del comité extremeño Francisco José Hernández Maeso. En total, ha pitado siete veces al conjunto balear entre Primera, Segunda y Copa del Rey y arroja un balance de tres victorias, tres empates y una derrota.
La plantilla mallorquinista terminará de preparar este viernes el encuentro en los campos de Son Bibiloni y después viajará a Barcelona para concentrarse en la que podría ser su cuarta victoria consecutiva como foráneo.
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