Para el Mallorca echaba a andar una semana de excitación máxima que será más corta o más larga en función de lo que suceda este jueves en el estadio Al Jawhara de la King Abdullah Sports City, en el que el conjunto balear, como vigente subcampeón de la Copa del Rey, se enfrentará al actual campeón de Liga, el Real Madrid de Carlo Ancelotti (20.00 horas) en busca de un puesto en la final que alargue su estancia en tierras árabes y le permita ir más allá en su biografía.
Antes de destapar desde el campo la tercera Supercopa de su vida, el Mallorca deberá aclimatarse el equipo al nuevo escenario en el que le toca vivir estos días. Nada más llegar a Arabia los futbolistas se concentraron en el hotel Hilton Jeddah y hoy ya tendrán la oportunidad de conocer las instalaciones donde se desarrollará una competición que ha empezado a echar raíces en esta parte del mundo, aunque para el Mallorca es desconocida. Los de Arrasate, que comparecerá esta misma esta tarde ante los medios desplazados junto al capitán, Antonio Raíllo, se ejercitarán después para preparar el asalto al Madrid. Lo harán poco después de que lo haya hecho el conjunto blanco en uno de los campos exteriores del moderno recinto deportivo en el que estará centrada la acción estos días. Más o menos cuando acabe el entrenamiento, no muy lejos de allí, se jugará la primera semifinal en la que se enfrentarán el Athletic y el Fútbol Club Barcelona.
El Mallorca ha viajado a Yeda con todo. Y en ese todo, un bloque de 26 futbolistas en el que se incluyen Javi Llabrés y Dani Luna, cuyo futuro apunta a una posible cesión en este mismo mercado de invierno, entra también Samu Costa. El centrocampista, que ocupa un lugar fundamental en la pizarra del técnico y hace unas semanas parecía al margen de la Supercopa, era la cara más buscada en la termina de Son Sant Joan y a falta de que el entrenador aclare cuál es su punto exacto de forma, puede ser la gran novedad de un equipo que necesita un golpe de confianza y alegría tras lo sucedido en la primera cita del año en Pontevedra. Así, los elegidos para la gloria son Greif, Mateu Morey, Toni Lato, Van der Heyden, Mascarell, Copete, Muriqi, Morlanes, Abdón, Sergi Darder, Asano, Samu Costa, Leo Román, Dani Rodríguez, Valery, Larin, Antonio Sánchez, Javi Llabrés, Chiquinho, Raíllo, Mojica, Maffeo, Valjent, Cuéllar, Robert Navarro y Dani Luna. La mayoría de ellos vivió en primer persona la final de La Cartuja, el país que les ha traído hasta aquí y quieren enterrar bajo otra montaña de orgullo cualquier posible rastro de decepción.
En el Mallorca saben que lo de esta semana es un premio, el reconocimiento al espectacular papel del equipo en la anterior edición de la Copa del Rey y así se lo quieren tomar todos, especialmente después de archivar la derrota más dura del curso contra un rival de cuarta categoría. El encuentro contra el Madrid es un pulso a la lógica y todos son conscientes de cómo actúa el equipo merengue en este tipo de encuentros en los que hay un título al final del pasillo. Pero lejos de plegarse al victimismo, confían en que la falta de presión (de los cuatro equipos que han viajado a Arabia el Mallorca está claramente a la cola en todas las apuestas) sea canalizada en la dirección correcta y deje algún pequeño espacio a la sorpresa. De hecho, muchos futbolistas toman como ejemplo lo que les ocurrió a ellos en Pasarón. El jueves, el salto entre los dos equipos no será tan pronunciado como la semana pasada en tierras gallegas. Además, hay un precedente en la primera jornadda del campeonato, en la que los bermellones arrinconaron a un Madrid que venía de ganar la Supercopa de Europa. Ahora, con el concurso de Vinicius todavía en el aire tras su expulsión en Mestalla, aquella batalla de mediados de agosto tendrá continuidad.
El sueño de Arabia Saudí ha empezado para un Mallorca descarado y corajudo que quiere ponerse otra vez el traje de la Liga, aplicarse en el rostro las pinturas de guerra y meterse en la final más exótica por la que ha peleado. ¿Quién dijo miedo?
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