El jugador balear, que ha estado siete meses alejado de las pistas a causa de una lesión en la rodilla, prefiere afrontar la competición paso a paso. Es cauto y no oculta su cierta sorpresa por los resultados obtenidos desde su vuelta. Los títulos en Barcelona, Acapulco, Sao Paulo y el Masters 1000 de Indian Wells y las finales en el Masters 1000 de Montecarlo y Viña del Mar.
«No me veo a mí como ganador. Antes de empezar un torneo no me siento ganador de nada. Me siento para darme una oportunidad para luchar hasta las rondas finales. Falta mucho camino. Pero los favoritos son los que siempre están para ganar antes. Después esto es deporte y cualquier cosa puede pasar», dijo Nadal en la rueda de prensa de presentación del torneo.
El tenista mallorquín descartó también calibrar las condiciones en las que se encuentra. «Es complicado analizar en qué porcentaje estás. Cada día es nuevo e intenta tener las mejores sensaciones a diario. Esa es la historia de una carrera. Puedo jugar mejor de lo que he hecho. En Montecarlo y Barcelona el juego es mejorable y aquí estamos para intentar mejorar y pelear para tener opciones de competir bien y tampoco espero jugar mucho mejor sin estar tanto tiempo sin jugar y para mí ha sido una sorpresa tener estos resultados que he tenido».
Rafael Nadal comenzará con un jugador procedente de la fase previa. Después, en su camino está su compatriota Nicolás Almagro, con el que jugó la final en Barcelona y David Ferrer en un eventual duelo de cuartos de final.
«El cuadro siempre es complicado y más cuando están los mejores. Si uno juega a un alto nivel los cuadros parecen buenos y si no esta bien no parece mínimamente aceptable. Los primeros partidos son difíciles siempre y ya veremos», expresó Rafael Nadal, que destacó el apoyo que siempre nota en Madrid.
«Jugar en casa es motivo de alegría. Presión no siento más aquí que en cualquier otro aunque a uno le gusta la sensación de jugar con mi gente y cuanto más partidos gane más tiempo tengo para disfrutar de ellos. La exigencia es máxima juegue donde juegue. No hay presión sino agradecimiento a la gente. Este hecho, gane o pierda son emociones complicadas de olvidar y aquí he tenido momentos muy bonitos en mi carrera», subrayó el español, que elogió el estado de las pistas, que han vuelto al color rojo y el esfuerzo de la organización.
«Las pistas por suerte están fantásticas y solo hay que agradecer al torneo la inversión que ha hecho para hacer unas pistas de máximo nivel. La del año pasado no estaba preparada para competir a nivel profesional. Las de otros años no eran tan malas pero tampoco eran buenas por el clima seco. Este año se ha logrado de manera fantástica y las pistas no pueden estar mejor. Desde los jugadores solo lo podemos agradecer y el espectador también», indicó.
«La altitud igual que siempre pero al ser la pista y estar más cogida hay menos botes malos y es menos complicado pero la altura es la misma. Una complicación para todos, un poco más a los acostumbrados a nivel del mar. He jugado tres finales aquí y he ganado una y los resultados han sido bueno. No puedo decir que me haya ido mal y todo se compensa con el apoyo de la gente», apuntó Nadal sobre la altitud, otro aspecto que puede condicionar el rendimiento de los jugadores, que no considera que se equilibre en Madrid.
«En partidos ante Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray la exigencia es máxima en cualquier superficie y situación. Cuando juegas contra los mejores juegues donde juegues o estas perfecto o tienes las de perder. No es un tema de altura sino de jugar a máximo nivelo. Son partidos que los gana el que está mejor en ese momento», explicó Rafael Nadal.
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