El de Manacor, actual número cinco del mundo, no quiere hablar más del 2015. Atrás quiere dejar un año de sinsabores, irregular y sin títulos importantes por primera vez en una década. Aunque en las ruedas de prensa sigue sin conseguirlo, en las pistas sí lo ha logrado. En el tramo final del pasado curso, Nadal volvió ya a ser el competidor que fue.
La gira asiática, los torneos de Basilea y París-Bercy, y el cierre en Londres devolvieron la alegría a Nadal. El ganador de 14 «Grand Slams» se recuperó del bajón mental que reconoció sufrió en un año complicado para comenzar a mirar a un 2016 que ha continuado por buen camino en Abu Dhabi, con título aunque oficioso, y Doha, finalista.
Tras apenas dos semanas de curso, la temporada se pone seria y un Nadal que no quiere mirar atrás sabe que tiene cuentas pendientes en Australia. La final perdida en 2014 ante Stan Wawrinka y la mala imagen del año pasado, derrotado en cuartos ante Tomas Berdych, son los dos últimos antecedentes. Ambos duros golpes en la reciente carrera del español.
La preparación para este 2016 que comenzó ya en el pasado octubre necesita ahora de un paso al frente en Melbourne. La dureza del torneo es el cultivo idóneo para que el balear alcance la velocidad de crucero de cara al momento clave, semifinales y final, donde ya chocaría con el 'Big Three'. El sorteo del cuadro fue benévolo, salvando un debut trampa ante Fernando Verdasco, con el que se estrenará en el tercer turno de la Rod Laver, con lo que presumiblemente ambos tendrán que batallar con el calor.
Con el madrileño protagonizó en 2009 uno de los partidos más espectaculares de Melbourne Park, más de cinco horas de semifinal tras la cual Nadal terminó conquistando su primer y único Abierto de Australia. Verdasco, con dos victorias en los tres últimos duelos entre ambos, fue uno de los protagonistas en Miami del sufrimiento de Nadal durante 2015.
Tal y como él quiere, los fantasmas quedan atrás, algo que no le impide ser consciente del potencial que esconde su compatriota. Escenario y contexto exigen a Nadal comenzar el primer «Grand Slam» del año como si de la segunda semana se tratase, sabiendo que después los posibles rivales por ranking serían Dudi Sela, Jeremy Chardy, Kevin Anderson y Wawrinka.
«Esperaré mi momento», así aceptó Nadal su desventaja actual con el número uno del mundo, Novak Djokovic, tras caer en la final de Doha hace unos días. El balear hace tiempo asimiló su nueva posición en el circuito, aparcó la ansiedad, y recupera terreno perdido victoria a 'Victoria', Estado dueño de una Melbourne donde Nadal quiere volver a hacerse notar.
Además, la jornada también dejará en el cuadro masculino el estreno del alicantino David Ferrer, octavo cabeza de serie, ante el alemán Peter Gojowczyk, con el que nunca se ha medido, en el cuarto turno de la Pista 3 de Melbourne Park.
Muguruza comienza ante la joven Kontaveit
Por otro lado, el segundo día de competición en el primer «grande» del año traerá el debut de la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, número tres del mundo y que esta temporada defiende el estatus que logró en 2015 cuando alcanzó la final de Wimbledon y se consagró entre las mejores.
La de Caracas parece haber olvidado los problemas de tobillo que la obligaron a retirarse del torneo preparatorio de Brisbane (Australia) y tendrá un estreno teóricamente asequible frente a la estonia Anette Kontaveit, 85 del mundo y a la que nunca se ha enfrentado, en el partido que abrirá la jornada en la Rod Laver Arena.
Su rival, de 20 años recién cumplidos, debuta en Melbourne Park y jugará por cuarta vez en un «Grand Slam», destacando la cuarta ronda alcanzada el año pasado en el Abierto de los Estados Unidos, donde cayó ante la estadounidense Venus Williams.
En cambio, Muguruza afrontará su tercera participación en el torneo oceánico, donde en las dos últimas ediciones ha llegado hasta los octavos de final, ronda que aspira a superar ahora.
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