¿Qué nexo une la Simfònica con nuestro periódico?
—La Orquestra Simfònica de Balears siempre ha tenido una relación muy estrecha e intensa de toda la vida con Ultima Hora. Este diario siempre ha apostado por la cultura. Es un referente en el mundo de la comunicación, mostrando su apoyo a la Simfònica tanto en los buenos como en los malos momentos.
¿Qué importancia tiene la labor del diario en su día a día?
—Cualquier proyecto cultural necesita un altavoz hacia el público a través de los medios de comunicación, para que llegue a todo el mundo. Ultima Hora está presente en todos los sitios. Es un importante altavoz de la cultura y, por tanto, de la Orquestra Simfònica de Balears.
Para el diario es un honor contar con la Simfònica en esta gala. ¿Qué supone esta participación?
—La preparación de la celebración de los 125 años de toda una institución informativa como este periódico es una fiesta para nosotros, más en un mundo con una crisis globalizada que afecta a los medios de comunicación. Que este periódico quiera celebrarlo con la Simfònica es un honor. Ojalá que podamos celebrar juntos los 125 años de la Orquestra.
Al diseñar el programa de la gala de mañana, ¿qué ha tenido en cuenta?
—Es la unión de dos elementos. Es un contexto de gala, pero también de diversión para el público. La selección musical está relacionada con el momento histórico de la fundación del diario. Realizaremos un recorrido musical ambientado a finales del siglo XIX a través del cancán, la ópera y las zarzuelas. Y todo ello con solistas de las Islas Baleares.
¿Qué ‘ingrediente’ local hay en el repertorio de esta gala inaugural?
—La interpretación que ofrecerá Antoni Parera Fons, compositor residente de la Simfònica, de su obra Foners. Parera Fons es toda una institución, Premio Nacional de Música 2016.
Habrá grandes solistas baleares de proyección internacional que regresan a Palma con motivo de la gala.
- Hay grandes solistas baleares. Simón Orfila es una voz internacional muy importante, así como Maia Planas. Contamos con Smerald Spahiu, primer concertino de la orquesta, y Pascual Martínez, clarinete, exponente nacional en Nueva York. Es la unión de personas que refleja un talento y la presencia de Mallorca dentro y fuera de la Isla. Cabe resaltar la presencia del Cor del Teatre Principal, de brillante recorrido en el mundo de la ópera y la zarzuela.
¿Ha conectado la Simfònica con el público insular?
—Es un atractivo turístico de Mallorca, que además cuenta con un potencial público fiel. Su presencia se siente como suya en todo el territorio. Promueve el patrimonio cultural y evita que sea visto sólo como destino de sol y playa.
Tras una crisis en la que parecía que la Simfònica iba a desaparecer, ahora vislumbra nueva sede con La Caja de Música.
—Hay mucha ilusión por parte de la Simfònica y de las instituciones. Esta orquesta hace cinco años padeció una crisis enorme. Que las propias instituciones y la sociedad civil estén pensando en construir una sede es una gran alegría para todos.