FemSalud, que ha sido posible gracias a la participación de Cort en el proyecto, y ha consistido en la realización de varios talleres realizados durante el curso en un espacio para el «desahogo» de sentimientos que «se van arrastrando» en el día a día. La moderación ha ido a cargo de Isabel Capó, psicóloga en ALAS, quien reconoce que «ha sido curioso ver cómo en cada encuentro se han consolidado las sinergias entre ellas «y crecía el interés».
Cuando el patrón se repite, como sucede a menudo en las patologías crónicas, «se va generando empatía» entre quienes lo comparten. En este espacio «se creó un clima de confianza tan grande que parte de la sesión iba de eso, del apoyo entre ellas y de cómo iban rescatando lo trabajado en los talleres para acompañarse mutuamente», añade Capó.
Y es que todas las mujeres participantes: «son luchadoras, resilientes, valientes, pero también comparten el cansancio de sus vivencias, el tener que acudir constantemente al sistema sanitario, la toma de fármacos o ser miembros de asociaciones para vivir su cronicidad», explica. Entre los meses de octubre a mayo, se ha fomentado el apoyo mutuo, el autocuidado y el empoderamiento con talleres de autoestima, comunicación asertiva o gestión emocional; espacios en los que compartir su propia realidad, buscando, en definitiva, «romper las cadenas que las atan».
Mural
El proyecto ha finalizado precisamente con este gran mensaje, que han lanzado en forma de mural participativo en el centro de Son Sardina, en Palma. La obra se llama Mujeres rompiendo barreras y alzando el vuelo, y ha sido tutelada por la artista Carolina Adán Caro. «Me ha encantado ver cómo se ayudan entre ellas y la conexión que tienen siendo tan distintas, esto ha contribuido mucho al buen resultado final», afirma.
«De esta iniciativa se benefician las mujeres que participan pero también lo pueden extrapolar a todos los miembros de su asociación, como una cadena», añade la psicóloga. Y es que las usuarias proceden de entidades como Gira-Sol, ABEA, ASPAY o ABDEM.