Otra de las opciones más habituales es la férula de descarga. El citado odontólogo aclara que «este dispositivo tiene como objetivo reposicionar los cóndilos a su posición de relación céntrica y relajar los
músculos de manera progresiva. Asimismo, disminuye la tendencia al bruxismo y protege a los dientes del desgaste producido».
Otra opción es acudir a un fisioterapeuta. «Gracias a la ayuda de un fisioterapeuta se trabajan una serie de procedimientos dirigidos a proteger y recuperar la función de las estructuras móviles mediante el empleo de movimientos terapéuticos». La cinesioterapia, mecanoterapia, masoterapia y electroterapia también son útiles para disminuir los efectos del bruxismo. «Por un lado, la cinesioterapia está indicada para conservar y aumentar la amplitud del movimiento articular y para corregir ciertos defectos posturales. A través de la electroterapia se utilizan ondas electromagnéticas para obtener la relajación muscular y mejorar la circulación y la inflamación de la mandíbula», detalla el presidente del Colegio de Dentistas.
Tratamientos más novedosas
El hecho de que afecte a un porcentaje elevado de la población (un 30 %) y que se incremente en momento de estrés, ha motivado el desarrollo de nuevas técnicas para corregirlo o aliviar sus síntomas. Este es el caso de la administración, por parte de dentistas y médicos, de la toxina botulínica (botox) en la zona de los maseteros (músculos que intervienen de forma negativa en esta enfermedad). Además, aconseja realizar ejercicios de corrección postural y llevar unos hábitos alimenticios adecuados, así como evitar una vida sedentaria y practicar actividades físicas con frecuencia.
Para concluir, García-Moris recomienda «acudir al dentista para poder diagnosticar precozmente este tipo de enfermedades, ya que puede haber signos en la boca que nos indiquen que el paciente es bruxista aunque él no se haya dado cuenta».