La colaboración de los testigos permitió la detención del camión antes de que se produjera un grave accidente, según ha informado el instituto armado en un comunicado.
El conductor, de 36 años y al que se le imputa un delito de conducción temeraria y otro por conducir bajo la influencia de las bebidas alcohólicas, se enfrenta a una pena que va desde los seis meses a los dos años de prisión y la privación del derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotor de uno años a seis.
Los hechos ocurrieron la noche del pasado 3 de agosto, cuando los agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Alicante recibieron el aviso de que un camión de grandes dimensiones circulaba por la autovía A-70, a la altura de la salida del aeropuerto en dirección a Elche.
El conductor presuntamente invadía de forma continua los dos carriles, cambiaba de uno a otro sin poner los intermitentes y se salía de la calzada hacia el quitamiedos por ambos lados. Así condujo durante 30 kilómetros. Los vehículos que se encontraban con el camión en su trayecto lo rebasaban «con dificultad» para tratar de evitar el peligro.
El equipo de Atestados del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Alicante consiguió localizar el vehículo pesado y, tras detener su marcha, en la AP-7 a la altura de El Realengo, en Crevillent, apreciaron «evidentes signos» de que el conductor se encontraba bajo los efectos del alcohol, por lo que fue sometido a un test.
Tras realizarle el test de alcoholemia, arrojó una tasa que superaba el doble de lo permitido para un conductor profesional. Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Elche.
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