CaixaForum Barcelona muestra una selección de las colecciones privadas de diez artistas contemporáneos y las confronta con obras de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación La Caixa en la exposición 'Dioses, magos y sabios' | Europa Press

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CaixaForum Barcelona muestra una selección de las colecciones privadas de diez artistas contemporáneos y las confronta con obras de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación La Caixa en la exposición 'Dioses, magos y sabios. Las colecciones privadas de los artistas', que se podrá visitar hasta el 2 de abril.

La comisaria de la exposición Maite Borràs ha explicado este miércoles en rueda de prensa que los objetos de la colección de un artista tienen un «aura especial» porque pueden revelar muchos aspectos de la obra del propio creador y permiten entrar en su imaginario.

La exposición muestra, por un lado, obras de Rosa Amorós, Miquel Barceló, Georg Baselitz, Luis Feito, Joan Hernández Pijuan, Manolo Millares, Joan Miró, Susana Solano, Hiroshi Sugimoto y Antoni Tàpies, procedente de la Colección de Arte Contemporáneo, acompañadas de piezas de las colecciones particulares de los artistas generando un diálogo.

Borràs ha remarcado que la forma como los artistas coleccionan es «muy variada, no son ortodoxas», y la cocomisaria Àngels de la Mota ha subrayado que la selección viene dada por la colección de la Fundación y que en las colecciones particulares se han basado en el arte no occidental.

El título de la exposición remite al periodista y crítico C.W.Ceram, conocido por sus obras de divulgación sobre arqueología, y el libro 'Dioses, tumbas y sabios', ya que realiza una especie de arqueología «de artista» partiendo de las obras de diez creadores presentes en el fondo de la fundación.

La comparación entre las distintas colecciones y la relación entre la obra y la colección de cada artista invitan a identificar diferentes maneras de coleccionar y de abordar la elección de objetos para hacer evidentes las motivaciones que subyacen tras dicha elección.

Diez colecciones

De Rosa Amorós se puede ver la instalación 'Pathosformeln', que reúne objetos procedentes de distintos lugares de África, de Asia y del centro y el norte de América, coleccionados junto a su marido, el editor Gustau Gili: figuras antropomórficas de madera y cerámica, herramientas prehistóricas y objetos de distintas culturas junto a una selección del trabajo de la artista.

La exposición muestra las obras de Miquel Barceló 'Mesa dibujada' y 'Taller con libro rojo' de la colección de la fundación, que conviven con un objeto ritual maya, una escultura de Jean Benoît a base de huesos de pollo y una pintura de Jean-Michel Basquiat.

La colección de Georg Baselitz prima lo escultórico y elige la figura humana, que se confrontan con su obra 'Madre negra con niño negro' de la colección de la fundación, y la de Luis Feito --que se declaraba un «acaparador», según Borràs-- muestra objetos de características y procedencias muy distintos.

Joan Hernández Pijuan estableció una relación cercana entre su obra y las piezas que coleccionaba junto a su esposa, Elvira Maluquer, y proceden en gran parte de culturas oceánicas, aborígenes australianas y africanas, mientras que Manolo Millares mostró su interés por los objetos arqueoloógicos de la cultura prehispánica insular de Canarias.

La exposición muestra como Joan Miró se rodeó de objetos que respondían al gusto de la época entre los surrealistas, como los 'objets trouvés', el arte popular, las kachinas originales y la tradición oriental, que se evidencia en las litografías de la serie 'Homenaje a Joan Prats'.

La colección de Susana Solano está ligada a sus viajes, sobre todo a África y Asia, de la que se ve sus referencias en obras como 'Oro IX', del fotógrafo Hiroshi Sugimoto, la muestra expone la inspiración obtenida de su colección de objetos religiosos japoneses y, en concreto, la serie 'Cinco elementos' inspirada en las estupas budistas de cinco anillos.

La exposición muestra como Antoni Tàpies estuvo influenciado por el pensamiento de los antiguos pintores letrados chinos de la dinastía Song y reunió piezas de la cultura oriental, y en su obra 'Gris con trazos negros, nº XXXIII', el gesto se convierte en objeto artístico y, como en los paisajes de la dinastía Song, el espacio vacío ocupa gran parte del cuadro.