El asunto ha sido tramitado por el abogado Carlos Sardinero, perteneciente a los servicios jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente, según ha informado este martes esta última organización en una nota de prensa.
La paciente acudió al Servicio de Urgencias en el Hospital de Baza el 16 de mayo de 2015 por dolor torácico, según queda reflejada en la resolución, consultada por Europa Press, en la que el SAS acepta parcialmente la reclamación de la familia.
Durante los días posteriores, la paciente presentó «un edema facial, ganancia de peso y dolor de cuello». A raíz de esta sintomatología, se le realizó un TAC en el que se objetivó una masa suprarrenal izquierda ovalada compatible con una «feocromocitoma, sospechosa de un posible adenoma suprarrenal».
A fin de estudiar la masa, el 30 de noviembre de 2015, se le practicó una suprarrenalectomía izquierda laparoscópica. El diagnóstico anatomopatológico de la glándula suprarrenal extraída fue de adenoma cortico-adrenal, «sin que constara en la historia clínica una descripción detallada de las características microscópicas de la misma, ni se incluyera la determinación del marcador Ki67».
De esta manera, según ha expuesto la asociación, «el diagnóstico de benignidad se realizó mediante un estudio incompleto de la lesión, lo que condicionó el tratamiento oncológico». Esta negligencia «privó a la paciente del acceso al tratamiento disponible más adecuado para la lesión maligna que realmente padecía, consistente en Mitotane para evitar la recidiva».
A raíz del error en el diagnóstico, el estado de salud de la paciente continuó deteriorándose, presentando «los síntomas similares a cuando se inició el Síndrome de Cushing, a los que se añadió un cuadro de ansiedad». Debido a esta sintomatología, la paciente tuvo que acudir al Servicio de Urgencias del Hospital de Baza el 18 de diciembre de 2016.
El 4 de abril de 2017 que se le realizó un nuevo PET-TAC, en el cual se detectaron «múltiples adenopatías, nódulos pulmonares bilaterales de pequeño tamaño y una masa suprarrenal compatible con actividad neoplásica, que podría corresponder a una recidiva o a la malignización de los restos quirúrgicos». Fue dada de alta el 7 de abril de 2017.
De esta forma, el 11 de abril de 2017 se llevó a cabo la revisión del informe de Anatomía Patológica, emitido el 16 de diciembre de 2015, en la que se puso de manifiesto que «ya en dicho informe constaba la existencia de características de las neoplasias de comportamiento clínico agresivo».
Pese a ello, todos estos hallazgos habían sido, según la asociación, «sorprendentemente ignorados». Todas estas características, que ya se conocían en 2015, «no podían sino haber indicado un diagnóstico de lesión de malignidad con riesgo de recidiva, opuesto al que se realizó», han agregado desde El Defensor del Paciente.
Tras la reclamación patrimonial presentada por Sardinero Abogados, el SAS reconoció su responsabilidad por la negligencia cometida admitiendo, ha proseguido la misma fuente, que, «de haberse realizado una adecuada valoración de los resultados anatomopatológicos en el año 2015, el diagnóstico y tratamiento de elección hubiera sido, en efecto, diferente al que se aplicó».
Asimismo «el hecho de calificar erróneamente una lesión maligna como benigna supone privar al paciente del tratamiento más apropiado». Esta negligencia acabó, ha resaltado la asociación, «por producir la muerte de la paciente el 5 de noviembre de 2019, tras meses de padecimiento, pues el diagnóstico de la malignidad llegó demasiado tarde, cuando ya se encontraba con afectación metastásica, por lo que sólo pudo beneficiarse de un tratamiento paliativo».
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