La atracción cuenta con una inversión de más de 25 millones de euros y está dentro de una nave, por lo que ofrece «una experiencia completamente diferente a la del Shambala o el Dragon khan», ha declarado este viernes a los periodistas el director general de PortAventura World, David García.
El director de desarrollo, Luis Valencia, ha explicado durante una visita a las obras que la atracción «combina la oscuridad con la propia sensación de la montaña, más los efectos especiales».
El recorrido durará un minuto y medio aproximadamente e incluirá aceleraciones, frenadas, caídas laterales, caídas en picado y marchas atrás; todo, «conectado con la experiencia immersiva que empieza en la cola para poner al cliente en situación».
El objetivo de que la montaña rusa sea interior y juegue con la oscuridad es que el visitante «pierda la noción del espacio, el tiempo y la velocidad», aunque se equilibra con las proyecciones audiovisuales y los efectos 3D para que el visitante conecte con el videojuego y con la experiencia que ha vivido en la cola.
Las obras están en fase de montaje y después empezarán las pruebas para comprobar que todo el circuito eléctrico funciona, y así poder iniciar las pruebas de lanzamiento de vehículo.
La atracción cuenta con tres vehículos para 12 personas cada uno, y podrán montarse unas 900 personas por hora.
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