Terraza de un bar en la plaza de la Catedral de Cádiz | Europa Press

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El presidente de la patronal de la hostelería de la provincia de Cádiz, Horeca, Antonio de María, ha explicado este miércoles que la propuesta de traer trabajadores de Marruecos es «un plan B» para contar con el personal necesario y paliar la falta de profesionales en el sector hostelero, como ya ocurrió, ha advertido, «el verano pasado».

«No queremos que la calidad del servicio baje», ha asegurado De María en declaraciones a Europa Press, sobre la medida que adelantó este martes durante su intervención el VII Foro Provincial de Turismo de Chiclana, y en la que pasa por contratar personal marroquí «siempre y cuando el Servicio Andaluz de Empleo no pueda suministrar trabajadores a las empresas», ha apostillado.

De esta forma, la patronal trata de buscar una solución a «la carencia de profesionales» en el sector que sufrieron «el verano pasado», con negocios que llegaron a no abrir sus puertas «porque no tenían personal», un problema que radica también en la disminución de la mano de obra joven, donde «en los últimos diez años, hay dos millones menos de jóvenes», que son quienes «en verano» se incorporaban a estas plantillas.

Sobre esto, ha explicado que la provincia registró 60.000 contrataciones en agosto de 2022, 3.000 más que el año anterior, sin embargo, no ha sido suficiente y se ha mostrado abierto a escuchar otras opciones.

La medida, ha detallado, persigue que los profesionales de la hostelería que terminen la carrera en las escuelas de hostelería de Marruecos «presten su servicio en España» y lo hagan «con un contrato, alojamiento y alimentación» cumpliendo con el convenio provincial de hostelería. Además, ha indicado, estas personas recibirían una formación adicional, para situar sus capacidades «al nivel europeo».

«Si un chico marroquí quiere venir a España o a Cádiz o a Europa a trabajar, le estamos diciendo: vete a las escuelas, aprende, saca una buena nota y, si eres de los primeros, vas a tener trabajo y vas a venir con tu contrato, y no tienes que meterte a mano de las mafias y cruzar e incluso perder la vida», ha comentado el presidente de Horeca.

En su opinión, si esta medida funciona «puede servir para todos los sectores», como el transporte, la construcción o el metal. «Lo que haga falta pero legalmente y en condiciones y con las máximas garantías», ha apostillado.

Como parte de este «plan B» también está la propuesta de que los jóvenes migrantes que cumplen 18 años y dejan de estar bajo la tutela del Estado, sean contratados por la patronal y sea la administración la que le imparta la formación necesaria.

Sobre las críticas que aluden a mejores salarios en bares y restaurantes, ha defendido que «hay camareros que ganan mucho y no por eso hay camareros» y que lo mínimo que cobra un trabajador en este sector son «1.500 euros brutos». Por eso, ha asegurado que «aún pagando más, no los encontramos», en referencia a la falta de camareros y cocineros.

También ha comentado que los profesionales que se forman en las escuelas de hostelería «no son suficientes» para cubrir la demanda del sector y «muchos de ellos salen ya colocados» por lo que ha defendido la necesidad de contar con «un plan B» por si «el plan A», que es que haya personal disponible en el SAE, no funciona.