Huesca luce una escultura en honor a Carlos Saura en la calle Duquesa de Villahermosa, esquina con Coso Bajo, en las conocidas como 'cuatro esquinas', cerca de la calle donde nació. | GOBIERNO DE ARAGÓN

TW
0

Huesca cuenta desde este lunes con una escultura en honor al cineasta Carlos Saura, fallecido el pasado 10 de febrero, y quien nació en esta localidad, en 1932. La obra es un regalo del Gobierno de Aragón a la ciudad para homenajear a uno de sus más ilustres creadores. Está emplazada en la calle Duquesa de Villahermosa, esquina con Coso Bajo, en la zona conocida como las 'cuatro esquinas', cerca de la calle donde vino al mundo.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha participado en el acto de entrega a la ciudad de esta escultura, realizada por Julio Luzán y que es un busto donde aparece el cineasta con su cámara de fotos. También ha asistido el alcalde de Huesca, Luis Felipe, el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci, y la viuda de Carlos Saura, Eulália Ramón.

Carlos Saura nació en la calle Padre Huesca y pasó su infancia junto al Coso y estas 'cuatro esquinas', por lo que el Ayuntamiento de la ciudad ha considerado que es la ubicación adecuada para recordar su vinculación con la capital oscense, además de que es una de las zonas más emblemáticas de la localidad, ha recordado el alcalde, Luis Felipe.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, se ha considerado afortunado por haber conocido y tratado a Carlos Saura en varias ocasiones y, «sobre todo», con motivo de la celebración del 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya y la grabación de la película documental 'Goya 3 de mayo', con quien la presentó en 2022 en el Museo del Prado y después en Zaragoza.

«Siempre consideré un lujo y un privilegio estar al lado de Carlos, escucharlo, con su permanente y eterna cámara fotográfica colgando de su cuello y sin parar de hacer fotografías de absolutamente todo lo que veía», ha relatado Lambán.

Ha añadido que Carlos Saura «entronca con lo mejor de las tradiciones culturales aragonesas, con Goya, con Buñuel» y «es representante de ese título que reclamamos los aragoneses para nosotros, ser tierra de cine» porque ha sido una de las figuras más importantes del séptimo arte tanto en el siglo XX, como XXI, «con películas inolvidables» y «maravillosas», «con las que nos deleitó hasta el final de su vida».

Homenaje

Lambán ha manifestado que cuando murió, el pasado mes de febrero, «nos partió el alma, nos partió el corazón; rápidamente pensamos que teníamos que prestarle un homenaje, que Aragón lo recordaría siempre, pero además tendría que haber algún testimonio material de su paso por este mundo, un testimonio, un hito en honor a su eterna memoria; nos pareció que una estatua de esta naturaleza era quizá la mejor manera de hacerlo y entramos en contacto con el alcalde de Huesca para que eligiera el lugar».

«Aquí estamos hoy descubriendo esta estatua, este regalo, este homenaje que le queremos hacer a la memoria de Carlos Saura y lo que me corresponde a mí, además de declararme orgulloso como aragonés y como hombre interesado por la cultura universal por haber conocido a Carlos Saura y haber disfrutado de su obra, es hacerle simbólicamente entrega a la ciudad de Huesca en la figura de su alcalde de esta estatua», ha expuesto.

Lambán ha sostenido que, a partir de ahora, esta obra «será vista permanentemente por los oscenses y así lo recordarán de manera eterna y perenne porque él, ante todo era oscense, nació aquí siempre quiso a Huesca y siempre la llevo en su corazón».

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha definido a Saura como «aragonés y oscense» y ha sostenido que Huesca «forma parte de su relato» y él forma parte del relato de la historia de la ciudad, una persona «amable, de buen trato, agradable en la conversación; un genio», quien un día, antes de participar en un acto con él, le dijo: «Como soy mayor y artista voy a decir lo que quiera» porque «siempre decía lo que quería decir», ha sentenciado el alcalde.

Luis Felipe se ha felicitado porque con esta ubicación Carlos Saura «va a contemplar lo que quería de la ciudad, que eran sus gentes, la algarabía de los paseos, las conversaciones y los ruidos de las calle», en uno de los lugares más simbólicos de la ciudad de Huesca, «donde nació y vivió una parte de su vida» y desde donde «estará pendiente de como evoluciona la ciudad y sus gentes».

Acto

Durante el acto, el presidente de Aragón y al alcalde de Huesca han hecho entrega a Eulalia Ramón de uno de los modelos de la obra que fueron presentados a Sus Majestades los Reyes con motivo de la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de Cultura en Zaragoza.

Por su gusto por la lectura de otro genio aragonés, Baltasar Gracián, se ha seleccionado por su familia un fragmento de 'El Criticón', que ha leído la actriz y directora del Festival de Cine de Huesca, Estela Rasal.

También por su gusto al despertarse escuchando las escalas de su madre al piano, el acto de homenaje ha acabado con el sonido del violín de Francisco Javier Bueno Lorenz, un fragmento de la banda sonora de la película 'Goya, 3 de mayo'.

Oscense al cuadrado

Carlos Saura nació en el número 2 de la calle Padre Huesca y por eso decía alguna vez que era «oscense al cuadrado». Fue el tercero de cuatro hermanos, por lo que pasó su infancia junto al Coso y a las 'cuatro esquinas'.

El lugar donde se ha ubicado la estatua fue elegido por el alcalde de la ciudad, Luis Felipe, quien ha agradecido la rapidez con que se ha procedido a instalar el monolito que recordará a Saura, con su cámara colgada del cuello, como era habitual verlo.

El presidente ha aludido a la obra realizada por Julio Luzán, una escultura que es un compendio de todos los oficios que intervienen en la fabricación de escenarios para la gran pantalla. Entre los pequeños detalles, puede apreciarse que la piedra sobre la que está la estatua es de La Puebla de Albortón, de tipo ornamental y de alta calidad, la misma con la que está hecho el Palacio Real de Madrid, los módulos centrales del Edificio Pignatelli o la Santa Capilla del Pilar, en Zaragoza.

El texto de la placa que lo identifica está escrito con letra Ibarra Real, la que utilizó el editor aragonés Joaquín Ibarra para imprimir la magnífica edición del Quijote que le encargó la Real Academia Española en 1773 y es un guiño al talento y al ingenio de lo aragonés.

El texto de la placa dice: «Aragón a Carlos Saura Atarés Huesca, 4 enero 1932 Collado Mediano, Madrid, 10 febrero 2023. Con inmensa gratitud por su descollante contribución a la historia del cine español y a la cultura universal a través de la vitalidad de su extensa, creativa y personal obra».