Lo han hecho la vicepresidenta de Foment del Treball, Virgínia Guinda; el presidente de Pimec, Antoni Cañete; el secretario general de CC.OO. en Catalunya, Javier Pacheco, y el secretario general de UGT en Catalunya, Camil Ros, con la moderación de la exconsellera Dolors Bassa.
A pocos días del 1 de mayo, Pacheco ha criticado que las empresas «se están pasando de rosca con la acumulación de beneficios» y que, en sus palabras, están transfiriendo la factura de la inflación a las clases trabajadoras.
Ros ha añadido la necesidad de «hacer un pacto de distribución de rentas nuevo» y ha lamentado que en el debate actual se habla de ciudadanos y consumidores, pero no de trabajadores.
Cañete ha convenido en que se deben mejorar los sueldos, pero ha apuntado que se deben «pagar los mejores salarios posibles teniendo en cuenta la productividad y la posibilidad de mantener los puestos de trabajo».
Ha añadido que si se suben los sueldos sin otras consideraciones se cerrarán «empresas y habrá más gente en la calle», algo a lo que Pacheco ha respondido que esta afirmación no es lo que dice el Banco de España.
Guinda se ha mantenido a parte de la discusión, aunque ha señalado que «las empresas tienen que ir bien» y ha subrayado que, según ella, las compañías son tanto los empresarios con los trabajadores.
Fiscalidad
La vicepresidenta de Foment del Treball ha insistido en todas sus intervenciones en la necesidad de que revise «a fondo» la fiscalidad de las empresas y ha pedido que se cambie el paradigma para que, en sus palabras, quien contamine menos, pague menos.
Ros se ha mostrado favorable a la idea aunque ha añadido que el objetivo debería ser que «todas las empresas pagaran» y se ha referido al, según él, elevado fraude fiscal que se registra en España.
Pacheco ha añadido que las políticas fiscales «deben ser redistribuidoras de la riqueza» para evitar que haya trabajadores pobres.
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