Archivo - Los embalses de la cuenca del Ebro están al 37% de su capacidad total. | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

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La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha presentado este miércoles, 3 de mayo, el borrador del "Plan Especial de Sequías de la Demarcación Hidrográfica del Ebro' y ha advertido de que 'casi con total seguridad' el Eje del Ebro y el Bajo Ebro, junto a las cuencas del Aragón y el Arba y el Iregua, entrarán en situación de emergencia, sumándose así a la cuenca del Segre.

«Casi con total seguridad el Iregua, el Eje del Ebro y el Bajo Ebro, la cuenca de Aragón y del Arba, entrarán --esta semana-- en emergencia y, serán candidatas a entrar en la situación excepcional por sequía extraordinaria», ha declarado la presidenta de la CHE, María Dolores Pascual Vallés.

La CHE, que forma parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha celebrado una jornada en la que ha presentado un plan de Sequía de la cuenca del Ebro, que estará a consulta pública para recibir aportaciones hasta el 30 de junio. Al acto también ha acudido el jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica de la CHE, Miguel Ángel García Vera, quien ha explicado los detalles del borrador.

Sobre los caudales ecológicos, García Vera ha advertido que «en caso de que haya sequía, se admite una reducción del caudal de hasta el 40 por ciento» de las masas de agua, tal y como se recoge en la normativa actual, siendo un ajuste del nivel del agua sin riesgo ambiental que se efectuaría sólo en una situación de emergencia, como la que se prevé que va a producirse esta semana en el Eje del Ebro, el Bajo Ebro, el Aragón y el Arba y el Iregua.

El jefe de Planificación de la CHE ha pedido a los ayuntamientos que sean conscientes de la situación en la que se encuentra la cuenca del Ebro gracias a estos indicadores recogidos en el plan de sequías, y sepan así el tipo de medidas que hay que adoptar. «Llega un momento en que las medidas son duras porque no hay agua y eso es algo con lo que convivimos en todos los países de clima semiárido del mundo», ha lamentado Miguel Ángel García Vera.

Indicadores

«Cuando empezamos a tener una sequía o escasez --como en la actualidad--, empezamos a tomar decisiones» y «cuando la situación es muy crítica, el plan de sequías también regula el procedimiento para que la CHE llegue a declarar una unidad territorial en una situación específica, como ha ocurrido con la cuenca del Segre, la cual cumplía esas condiciones» ha explicado el jefe de Planificación.

García Vera ha sostenido que se «va a poner sobre la mesa la idea de que las sequías hay que planificarlas», y ha defendido la ejecución de un plan como este por ser «un documento estratégico y de planificación» que «analiza la historia de las sequías desde los años 80» y sirve para «ejecutar los protocolos de actuación o los indicadores de situación, entre otros».

Durante la jornada también se han explicado los indicadores con los que la CHE comprueba cuando existe una situación de sequía, de escasez, de emergencia, de alerta, de pre alerta o de normalidad, recogidos en este nuevo plan de sequías, que sustituirá al Plan Hidrológico de 2018 y que, desde la CHE, han confiado en que pueda aprobarse a finales de este año.

Plan de sequía

El jefe de Planificación de la CHE ha considerado que «las medidas se han actualizado, pero con pequeños detalles», lo cual «da solidez al documento» que se encuentra en fase de elaboración y en el que los ciudadanos pueden realizar las aportaciones que consideren oportunas.

García Vera ha adelantado que se trata de medidas técnicas que actualizan los datos con el Plan Hidrológico que se aprobó en febrero de este año. En cuanto a las principales novedades, se incorporarán los embalses de Santolea, Albagés y Enciso que están en funcionamiento desde el plan anterior, puesto que «son volúmenes de agua que hay que tener en cuenta» y, de esa forma, se han actualizado «los indicadores con esos nuevos embalses».

Por otro lado, también «hay pequeños ajustes en la definición de las unidades territoriales», por ejemplo, se ha «dividido en dos partes la cuenca del Bajo Ebro para diferenciarla de una cuenca pequeña, el Ciurana, que tiene unos embalses distintos y un trasvase a la parte de Tarragona», ha declarado Miguel Ángel García. Además, se han revisado los protocolos de actuación de los gestores de las unidades de explotación y, en algunos casos, se han incrementado algunos volúmenes de reserva para abastecimiento.