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La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a dos hombres a un total de 19 años y medio de cárcel por asesinar el 1 de abril de 2021 a otro varón a golpes y a puñaladas en el Puerto de la localidad vizcaína de Santurtzi. La víctima recorrió 27 metros, una vez apuñalada y golpeada, hasta caer desplomada, momento en el que los agresores aprovecharon para robar los 30 euros y 49 leus (moneda rumana) que llevaba en la cartera.

La sentencia considera probado que el 1 de abril de 2021 por la tarde, estaban los dos procesados juntos con un menor --que no estaba encausado en este procedimiento-- en la playa, cuando urdieron un plan para localizar a un varón al que con anterioridad uno de ellos había visto muy borracho en el parque, «y hacerse con el dinero o demás efectos de valor que aquél portase».

De esta forma, sobre las 21.00 horas de ese día, portando uno de ellos una navaja de hoja plana y monocortante, se dirigieron al parque y, en torno a las 22.30 horas, estando en horario de toque de queda por la emergencia sanitaria decretada por la Covid-19, vieron a su objetivo, que presentaba claros síntomas de hallarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Los procesados y el menor de edad aprovecharon esa circunstancia para entablar conversación con él, y acompañaron al varón al vehículo que aquél tenía estacionado en el aparcamiento habilitado en el puerto, cerca de la entrada de la empresa mercantil donde trabajaba.

Uno de ellos se introdujo en el vehículo con el varón y otros dos se quedaron al acecho en las inmediaciones del coche, tal como habían planificado. Transcurridos escasos minutos, de forma sorpresiva e inesperada, los que se habían quedado fuera, conforme a lo maquinado, abrieron cada uno una de las puertas delanteras del vehículo y obligaron a salir a la víctima. Entonces, el menor comenzó a darle golpes y le tiró de una patada al suelo.

Los otros dos agresores, con intención de atentar contra la vida e integridad física de la víctima y conocedores además del estado de embriaguez en el que se encontraba, «aprovechando su superioridad numérica, su actuación conjunta y coordinada», le propinaron diversas patadas y puñetazos. Además, uno de ellos le asestó 24 puñaladas en la cabeza, en la espalda, el tórax y el cuello, seccionándole incluso la oreja izquierda.

Robo a la víctima

Después de recorrer 27 metros, tras ser apuñalado y golpeado con patadas y puños por los encausados, la víctima cayó desplomada y herida de muerte, circunstancia que aprovecharon los agresores para hacerse con su cartera, en la que apenas guardaba 30 euros y 49 leus rumanos.

Mientras la víctima agonizaba en el suelo, los encausados y el menor huyeron a la carrera del lugar, escondiéndose en la zona del puerto donde fueron inmediatamente sorprendidos por los agentes de la
autoridad. Uno de ellos se había deshecho ya de la navaja homicida y portaba entre sus ropas el dinero robado.

Por su parte, la víctima falleció por un shock hipovolémico posthemorrágico secundario a las 24 heridas por arma blanca recibidas en
la región cráneo-cervical y en el tronco, una de las cuales le seccionó la carótida izquierda.

En el momento de los hechos, el fallecido se encontraba bajo los efectos del alcohol. En cuanto a uno de los agresores, la sentencia apunta que su dependencia grave al cannabis, y el policonsumo cuando se produjo el crimen, «parece favorecer de forma genérica los rasgos más impulsivos y disfuncionales de su personalidad», por lo que presentaba
modificadas de forma leve sus capacidades volitivas.

El otro procesado, como consecuencia de su trastorno por consumo perjudicial de cannabis con patrón de dependencia, alcohol, anfetaminas y benzodiacepinas, tenía un perfil disfuncional de personalidad, con
ansiedad elevada, tendencia a la melancolía y obsesiones, labilidad emocional e impulsividad. Por ello, también se considera que presentaba
menoscabadas de forma leve sus capacidades volitivas.

Reconocimiento de los hechos

Los dos encausados no llegaron a ser juzgados por un jurado, al alcanzar las partes un acuerdo. Ambos reconocieron los hechos y asumieron las responsabilidades penales y civiles derivadas de ellos.

Además, de forma conjunta, habían abonado la cantidad de 40.000 euros en concepto de responsabilidad civil y asumieron extrajudicialmente el compromiso de abono de 300 euros mensuales cada uno de ellos hasta su completa satisfacción.

La sentencia, tras el acuerdo alcanzado, condena a los dos acusados como autores de un delito de asesinato, de un robo con violencia y uso de instrumento peligroso, con la concurrencia en ambos de la atenuante analógica de toxicomanía, así como de confesión y reparación del daño.

A uno de ellos, el que asestó los navajazos, le impone una pena de 10 años de cárcel por asesinato. Además, determina la medida de libertad vigilada consistente en la obligación de participar en programas formativos, laborales, culturales, de educación sexual y otros similares, y la obligación de seguir tratamiento médico externo o de someterse a control médico periódico por tiempo de cinco años.

Al otro procesado le condena a cinco años de cárcel por delito de asesinato y la medida de libertad vigilada en las mismas condiciones que el anterior. Por el delito de robo con violencia y uso de instrumento peligroso, decreta dos años y medio de prisión para uno de ellos y dos para el otro.

También les obliga a pagar las costas y a abonar conjuntamente 200.000 euros a los familiares del asesinado: su pareja sentimental y sus dos hijos menores.