La Virgen de la Cinta, Patrona de Huelva, en su recorrido por el entorno del Santuario Diocesano presidiendo un rezo comunitario y público del Santo Rosario en rogativas a la lluvia. | A. Pérez - Europa Press

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Cientos de onubenses acompañaron y rezaron a la Patrona de Huelva, la Virgen de la Cinta, este pasado domingo para pedir «el don de la lluvia», que es «tan necesaria en la actualidad», según ha indicado la Diócesis de Huelva en una nota, en la que ha tachado este rezo comunitario con una salida procesional de la Virgen como «jornada histórica para la ciudad».

De este modo, en el Santuario de la Cinta se llevó a cabo el Santo Rosario Público de Rogativas, un acto de oración comunitaria que se ha concebido como «una manera de expresar la unidad de la comunidad cristiana de la Iglesia de Huelva, que se congregó ante su Madre para pedir su intercesión, al que estaban llamados todos los fieles».

Por este motivo fueron las parroquias, con sus hermandades, comunidades y movimientos laicales, quienes, «como signo de esa unidad», fueron las encargadas de portar a la Virgen en su discurrir entre los lugares del Santuario asignados para el rezo de cada misterio del Rosario de manera itinerante.

Tras el inicio en el interior del templo cuyo ejercicio y cortejo estuvo presidido por el obispo, Santiago Gómez Sierra, que además dirigió la oración final de la Rogativa, la Patrona cruzó el Claustro y la Plaza-mirador, para parar ante la Cruz de los Ángeles, donde se rezó el primero de los misterios.

A continuación bordeó la plaza para acceder al Paseo de la Procesión de los Marineros, donde ante el azulejo de la Virgen y junto al Monasterio de las reverendas madres Oblatas y el almendral que recuerda a los hermanos mayores, se rezó el segundo de los misterios. Seguidamente descendió recorriendo la ladera del Santuario hasta acercarse a la entrada de poniente de los Jardines, donde tuvo lugar el rezo del tercer misterio.

Las andas de la Santísima Virgen se introdujeron, ya al anochecer, en los Jardines para alcanzar el Cinerario de los Devotos, donde se rezó el cuarto misterio. Luego discurrió hasta alcanzar el Triunfo de la Virgen donde se invocó el último misterio. Desde ese punto, ya de retorno, inició el camino de vuelta mientras se rezaban las Letanías, hasta su vuelta al Templo.

Debido al marcado carácter popular y comunitario del rezo de rogativas, fueron los Campanilleros de la Virgen los que pusieron sus voces y sus sones para acompañar el rezo del Santo Rosario. Anunciaron el comienzo de cada uno de los misterios, y acompañaron el canto de los fieles a lo largo del itinerario.

El rezo de cada misterio estuvo marcado a lo largo del itinerario por la presencia de cinco Simpecados de distintas hermandades de Huelva: Sacramental de la Sagrada Cena, Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de la Esperanza, Vera+Cruz y Oración en el Huerto, culminando el propio de la Hermandad de la Patrona.

Desde la hermandad señalaron con ello su «confianza» en «la mediación de Santa María de la Cinta, tesoro de virtudes, Madre de Dios y siempre Virgen, que se coronan en el dogma de su Pura y Limpia Concepción, misterio y advocación que nuestra Diócesis tiene designado como Patrona».