El operativo, compuesto por más de un centenar de agentes de diversas especialidades, finalizó sobre las 20,00 horas de este jueves cuando abandonaron el lugar los últimos integrantes de esta comuna, según han señalado a Europa Press fuentes del dispositivo, que han indicado que el desalojo fue «muy fluido y pacífico» aunque también «largo y duro» para los agentes que participaron en él.
Durante el desalojo hubo quienes opusieron resistencia a la orden judicial, dos de ellos detenidos, pero no fue algo que los guardias civiles no pudieran controlar y es por eso que han mostrado su satisfacción por cómo se ha desarrollado el operativo.
Según han contado estas mismas fuentes, esta es la segunda vez en la historia que la Familia Arcoiris es desalojada, siendo la primera vez hace 40 años en Austria.
Efectivos de la Guardia Civil continúan este viernes en la zona para controlar el perímetro y que no haya un nuevo intento de asentamiento en esta zona, además de colaborar con el Parque Natural para retirar los últimos enseres que quedan en el lugar donde han estado estas personas durante más de dos semanas.
El dispositivo, en el que han participado agentes de Seguridad Ciudadana, GRS, del equipo Pegaso con un dron y también del servicio Cinológico, entre otros, se puso en marcha este jueves debido a una orden dictada por el Juzgado de Instrucción de Ubrique con la que se aprobaba el desalojo de este asentamiento, que pretendía quedarse en la zona hasta que acabase el ciclo lunar el próximo 16 de junio.
Cabe recordar que el pasado mes de mayo, coincidiendo con el inicio del ciclo lunar, un centenar de personas acamparon de manera ilegal en la zona subida a Fardela, una finca privada en el término municipal de Benaocaz y enmarcado dentro del Parque Natural de la Sierra de Grazalema.
Una vez se supo de su establecimiento en esos terrenos, la Guardia Civil montó un dispositivo para evitar el acceso a la zona y que acudieran más personas para unirse a esta comuna. Como medida de persuasión, se han interpuesto numerosas sanciones por hacer fogatas y acampar, y se han ido desmontando las estructuras que montaban para evitar que se sintieran «cómodos».
Durante estas más de dos semanas, integrantes de la comuna hippie y vecinos de Benaocaz han convivido de manera tranquila, aunque con la presencia constante de la Guardia Civil, ante un asentamiento pretendía mantener su presencia en esta zona hasta el 16 de junio, coincidiendo con el fin del ciclo lunar.
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