La ceremonia de la XV edición de los Premios Fronteras del Conocimiento ha celebrado este martes en Bilbao el poder transformador de la ciencia y la cultura como «actividades globales», que son «pilares esenciales» para guiar la toma de decisiones y encontrar soluciones a los grandes desafíos de la humanidad.
«Debemos abordar retos tan complejos como la gravedad del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, ambos probablemente entre las mayores disrupciones de la historia» y por ello «más que nunca debemos apostar decididamente por el conocimiento y la innovación», ha afirmado el presidente de la Fundación BBVA, Carlos Torres Vila, durante el acto celebrado en Euskalduna Bilbao, que ha reconocido a 18 líderes mundiales en investigación científica y creación artística.
La capital vizcaína ha acogido por cuarta vez la entrega de los Premios Fronteras del Conocimiento, después de que en 2019 la Fundación BBVA decidiera convertir Bilbao en la sede permanente de estos galardones.
La ceremonia, presidida por el presidente de la Fundación BBVA y la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) --entidad que colabora en la evaluación de la nominaciones--, Eloísa del Pino, ha contado con una intervención inaugural del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y con el discurso de clausura del Lehendakari, Iñigo Urkullu.
El jefe del ejecutivo vasco ha afirmado que es necesario «crear las condiciones necesarias» para que los investigadores que «salen» de Euskadi puedan «volver y desarrollar su vida personal y profesional» en la Comunidad Autónoma Vasca. Asimismo, ha apostado por «acercar la ciencia a la calle» porque el conocimiento hace a las persona «más libres y menos vulnerables».
Los galardones internacionales de la Fundación BBVA celebran su edición número quince y, tal y como ha destacado Carlos Torres Vila, «se han consolidado como un indicador de excelencia científica y cultural a escala global» que reflejan «el mapa del conocimiento del siglo XXI».
«A través de los Premios Fronteras del Conocimiento hemos podido cooperar, año a año, en hacer más visible el papel decisivo de la investigación y la creación, un objetivo fundamental porque el conocimiento es el mejor instrumento del que disponemos para entender el mundo y a nosotros mismos, y para aprovechar las oportunidades presentes y futuras de nuestra sociedad», ha subrayado el presidente de la Fundación BBVA y del Grupo BBVA.
Por su parte, la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino, ha agradecido a los galardonados el hecho de que «hoy, en plena crisis climática y energética, tras una pandemia, con el retorno de las ideologías extremistas e intolerantes», su trabajo contribuya de manera fundamental a resolver «problemas como la lucha contra la enfermedad, la conservación de la biodiversidad, la adecuada distribución de la riqueza o la estabilidad de la democracia».
En la ceremonia también ha participado una nutrida representación de los jurados internacionales de las ocho categorías de los premios, procedentes de algunas de las principales universidades de Europa y Norteamérica, entre los más de 1.000 asistentes.
Electrones
En la categoría de Ciencias Básicas, ha sido premiada Anne L'Huillier, junto con Paul Corkum y Ferenc Krausz por generar los pulsos de luz más cortos jamás logrados. Empleando estos pulsos como «el flash ultrarrápido de una cámara», ha explicado la galardonada hablando en nombre de sus colegas, se ha logrado observar de manera directa el movimiento de los electrones en los átomos, tan rápido que hasta ahora era inaccesible al estudio experimental. Los pulsos de luz duran apenas unos cuantos attosegundos, es decir, trillonésimas de segundo, y han dado lugar a toda una rama de la física hoy conocida como attofísica.
Por su parte, los galardonados en la categoría de Biología y Biomedicina, David Baker, Demis Hassabis y John Jumper, han demostrado el «inmenso» potencial de la inteligencia artificial ante el reto de encontrar nuevos tratamientos eficaces para múltiples enfermedades. Los tres han sido pioneros en el uso de esta tecnología para estudiar cómo se pliegan las proteínas, una cuestión central en biología desde hace más de seis décadas.
Tanto Hassabis y Jumper, desde la compañía DeepMind, como Baker, en su laboratorio de la Universidad de Washington, apostaron por la inteligencia artificial para tratar de predecir la estructura de las proteínas de manera rápida y fiable. Su trabajo culminó con el desarrollo de sendas herramientas, llamadas AlphaFold y RoseTTAFold, que determinan la forma de las proteínas en cuestión de minutos y con una fiabilidad nunca vista.
La investigación de Alberto Sangiovanni Vincentelli, galardonado en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación, revolucionó el diseño de chips semiconductores al automatizar sus aspectos clave, y así posibilitó la construcción de chips mucho más potentes de los que existían hasta entonces: solo gracias a la automatización pudieron pasar de contener cientos de componentes a decenas de miles de millones.
«Es imposible exagerar la importancia estratégica del diseño y la fabricación de chips semiconductores», ha afirmado el premiado. «Los chips son omnipresentes. Los objetos más cotidianos funcionan con chips, de los automóviles a los aviones, de los aparatos médicos a los teléfonos inteligentes», ha añadido, incidiendo en que, por ejemplo, la inteligencia artificial sería «del todo imposible» sin ellos.
Cambio climático
Ellen Thomas, premiada en la categoría de Cambio Climático junto con James Zachos, ha destacado en su discurso que la quema de combustibles fósiles conlleva «problemas para la humanidad» que van mucho más allá del propio aumento de la temperatura. «La emisión de gases de efecto invernadero produce multitud de consecuencias medioambientales directas e indirectas», ha alertado.
Frente al otro gran desafío ambiental de nuestro tiempo, la crisis de biodiversidad, el trabajo de las tres galardonadas en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación -Susan Alberts, Jeanne Altmann y Marlene Zuk- proporciona una guía para identificar las acciones más eficaces de cara a conservar una amplia gama de animales que abarca primates, aves e insectos.
«¿Depende el nivel de gasto público del método por el que se eligen los gobernantes de un país?». Con esta pregunta ha arrancado su discurso Torsten Persson, galardonado en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas junto con Timothy Besley y Guido Tabellini, por convertir la economía política en la ciencia moderna y empírica que puede hoy dar respuesta a cuestiones como ésa.
Por otra parte, el maestro Thomas Adès, premiado en la categoría de Música y Ópera y cuya composición In Seven Days pudo escucharse ayer en el concierto de homenaje a los premiados, ha relatado cómo de joven descubrió que la fuerza de la música era «grande como la naturaleza, el mayor de todos los poderes», al encontrarla «de repente» en grandes autores del pasado, como Beethoven, Sibelius, Janácek, Stravinski o Messiaen.
Tanto Steven Pinker como Peter Singer, los dos pensadores galardonados en la categoría de Humanidades, han reivindicado en sus discursos el poder de la racionalidad para guiar nuestra orientación ética e impulsar el progreso. Singer ha realizado un potente alegato en defensa de «nuestra facultad de raciocinio» como «la única manera fiable de adquirir conocimientos y avanzar hacia un mundo mejor».
Pinker, por su parte, ha defendido el poder de la racionalidad como motor del progreso. «Si aplicamos la razón a la meta de cultivar la prosperidad humana, podemos lograrla gradualmente», ha aseverado.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.