El acto ha contado con la asistencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; el presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre; y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, entre otras autoridades.
Ha sido precisamente el nuevo primer edil hispalense el primer en intervenir en la ceremonia, destacando «el apego y la tradición de Sevilla» con los reyes y agradeciendo la «implicación» de Felipe VI con la ciudad.
Sanz ha manifestado que con la entrega de este premio, Sevilla rememora «un día triste», --el del asesinato del concejal popular Alberto Jiménez-Becerril y su esposa Ascensión García a manos de ETA, banda terrorista disuelta en 2018, el 30 de enero de 1998--, crimen del que este año se ha cumplido el 25 aniversario. En ese sentido, el alcalde hispalense ha destacado el papel de este acto como gesto de «firmeza, unidad, justicia y libertad ante el terrorismo».
Sanz ha llamado así a «no ceder nunca ante el chantaje y la extorsión del terrorismo», celebrando que la familia de Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García «mantenga viva la llama» de su recuerdo y que la fundación que les honra «custodie su legado». También ha reconocido la «extraordinaria implicación» del rey con las víctimas del terrorismo.
Premio a "la persona más especial posible"
Alberto Jiménez-Becerril García, hijo mediano del matrimonio asesinado por ETA aquel 30 de enero de 1998 en Sevilla y actual presidente de la Fundación Jiménez-Becerril, ha manifestado por su parte que con motivo de los 25 años del crimen, esta edición del Premio contra el Terrorismo Alberto Jiménez-Becerril era «especial» y por ello debía recaer en «la persona más especial posible», lo que le ha llevado a manifestar que Felipe VI siempre «ha mantenido un firme compromiso con las víctimas de la barbarie terrorista», rememorando que su primera audiencia tras su proclamación como nuevo rey en 2014 estuvo dedicada a las víctimas del terrorismo.
En ese sentido, ha expuesto que Felipe VI siempre ha «reconocido la fortaleza y altura moral de las víctimas» del terrorismo, tratándolas como «pilares éticos de la democracia» y transmitiendo que no se puede «permitir que haya generaciones» de jóvenes españoles que «ignoren» las décadas de terrorismo de ETA y su impacto en la sociedad.
Del mismo modo, ha manifestado que tanto durante su etapa como príncipe de Asturias como en su papel de monarca, Felipe VI siempre ha demostrado una gran «cercanía y apoyo» a las víctimas del terrorismo y los valores de las mismas.
Así, ha destacado el «apoyo inquebrantable» del rey a las víctimas del terrorismo y su llamamiento a «no olvidar nunca las lecciones del pasado»; señalando que Felipe VI «reúne todos los valores» de la Fundación Jiménez-Becerril, con un llamamiento a «educar a los más jóvenes en la verdad y el recuerdo».
«DOLOR, RABIA E INDIGNACIÓN» AQUEL 30 DE ENERO DE 1998
Felipe VI, de su lado, ha recordado que aquel 30 de enero de 1998 él cumplía 30 años de edad, una jornada sin embargo «cubierta de profunda tristeza» para el conjunto de la sociedad, según ha destacado; rememorando a Alberto Jiménez-Becerril y a Ascensión García y cómo «la ciudad de Sevilla y, con ella, Andalucía y toda España, expresó su dolor, su rabia y su indignación por el asesinato cobarde y vil» de dicho matrimonio.
«Toda la sociedad española, al igual que había hecho seis meses antes tras el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, volvió a llenar las calles», ha rememorado el rey.
El rey ha mostrado su «total reconocimiento y respeto a todos los familiares de las víctimas del terrorismo», porque protagonizan «una lección magistral de fortaleza y dignidad. A tal efecto, ha puesto de relieve que es »responsabilidad de todos mantener su legado y defender los derechos de los que fueron privados por querer tan sólo algo tan precioso como vivir sus vidas con normalidad, respetando y salvaguardando la convivencia, la libertad, la democracia y el Estado de Derecho".
QUE LOS MÁS JÓVENES «CONOZCAN LO QUE SUCEDIÓ»
Felipe VI ha reconocido además «el esfuerzo» de la Fundación Jiménez-Becerril «para que las jóvenes generaciones y también las próximas conozcan lo que sucedió, el dolor que la violencia terrorista causó a tantas personas y familias y al conjunto de la sociedad española».
El rey ha manifestado además que el Premio Alberto Jiménez-Becerril que ha recibido en Sevilla constituye «un reconocimiento al conjunto de la sociedad, que ha sufrido el terror pero siempre confió en la dignidad de las víctimas, la solidaridad de todos los españoles y la fortaleza del estado de derecho para hacer frente con eficacia al terrorismo».
Ha rememorado igualmente que hace tan sólo dos días se cumplían nueve años de su primer acto público como rey, que fue «un encuentro con las víctimas del terrorismo; un compromiso moral» que junto con la reina quería «transmitir desde el principio» de su reinado, «continuando la posición mantenida antes como Príncipes de Asturias».
«Porque las víctimas dignifican nuestra democracia», ha subrayado el monarca, manifestando que la sociedad española les debe los valores de «memoria, dignidad y justicia» y exponiendo que es necesario «proteger» los valores que defendieron Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García, así como transmitirlos «de generación en generación».
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